En relación a la decisión ¿Participar en proyectos de ciencia ciudadana? esta es una opinión de Jorge Soberón
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Jorge Soberón
- PhD en Ecología, Profesor en la Universidad de Kansas
Esta es mi opinión de experto
Por un lado es urgente mejorar la percepión social sobre qué es la ciencia y cómo se construye. Nada mejor que la ciudadanía se involucre en proyectos científicos. Por otro, no existen suficientes científicos como para monitorear los cambios del planeta. Se necesita más participación.
Observar y reflexionar sobre la naturaleza a nuestro alrededor es una actividad profundamente humana. Desde siempre, la gente mira y piensa. En la actualidad, el Internet nos da una maravillosa herramienta para compartir de manera organizada lo que vemos. Participando en comunidades de astrónomos aficionados, observadores de aves, de mariposas, de los tiempos de floración de las plantas, midiendo las mareas, la altura de los glaciares, variables meteorológicas... millones, literalmente, de no-profesionales (o sea, ciudadanos no dedicados a la ciencia como profesión), se divierten aprenden y aportan datos y a veces análisis sobre el mundo que los rodea.
Yo encuentro este fenómeno social nuevo (en tanto a su volumen) como algo inmensamente promisorio, pues se crea un ámbito estupendo para que la gente haga cosas útiles, interesantes, que requieren desarrollar habilidades físicas e intelectuales, y que sirven para algo. Por ejemplo, los casi 100 millones de observaciones aportadas en la red eBird se usan regularmente en investigación y en el monitoreo de aves migratorias y de especies en peligro de extinción, o para monitorear aves portadoras de virus (http://www.birds.cornell.edu/birdflu/AIscience/maps/ ).
Los millones de observaciones que los aficionados contribuyen a sus organizaciones requieren sin duda de tratamientos estadísticos especiales, pero se están conviertiendo en una herramienta indispensable para la conservación y el manejo de la biodiversidad.
