En relación a la decisión ¿Dejarme llevar por el placer? esta es una opinión de Jorge Ubeda

Sí

• Jorge Ubeda
• Filósofo y profesor. Escribo sobre ética

Esta es mi opinión de experto

Desde que tenemos registros escritos y narrativos, preguntarse por el valor y la oportunidad del placer es una constante en el universo de cuestiones que inquietan al ser humano. Han surgido teorías de todo tipo: desde los que consideran que una vida feliz consiste en un disfrute moderado de los placeres corporales hasta los que defienden que el placer conviene evitarlo porque aleja de la búsqueda de la virtud, verdadero fin del hombre.
 
Quizá sea en Epicuro donde se haya logrado la posición más sutil y afinada sobre el papel del placer en la vida humana. Epicuro define el placer como la ausencia del dolor y es esta ausencia de lo doloroso lo que el ser humano ha de buscar. Es una definición muy elaborada porque no refiere el placer a una experiencia intensa del cuerpo o de una de sus partes. De hecho a cualquier placer le sigue cierto dolor -al menos, el de dejar de sentir el placer en el que uno se hallaba-, por tanto, Epicuro anima a una suerte de extinción del deseo para llegar a un estado de perfecta tranquilidad del ánimo.
 
Para ello es imprescindible, según Epicuro:

1. Vivir oculto, sin meterse en asuntos políticos.
2. Desentenderse de los dioses y evitar el miedo a la muerte.
3. Reunirse habitualmente con un pequeño grupo de amigos con los que compartir la propia vida.
4. No tener hijos ni casarse.
5. Preferir los placeres intelectuales a los corporales.
6. Llevar una vida frugal y austera.