En relación a la decisión ¿Casarme si tengo dudas? esta es una opinión de José Lázaro

No

• José Lázaro
• Profesor de Humanidades Médicas, UAM. Escritor.

Esta es mi opinión de experto

No es fácil controlar el desarrollo de la propia vida: hacemos cosas que luego preferiríamos no haber hecho, somos incapaces de hacer las que a nosotros mismos nos parecen recomendables, deseamos algo ardientemente para sentirnos luego decepcionados por la realización del deseo… El ser humano vive en la incertidumbre permanente y no sabe bien cómo interpretar a los otros, cómo actuar sobre su entorno, cómo entenderse a sí mismo. Gran parte de nuestros actos son palos de ciego en medio de la oscuridad y ejercicios de ensayo-error con resultado incierto.
 
Entenderse a uno mismo es un durísimo ejercicio que supone un gran esfuerzo (y aun así no siempre se consigue). Manejar la propia vida no es fácil; articularla de forma armónica con otra es mucho más difícil todavía. Y mucho más peligroso, para uno y para otro. El proyecto de entrega total y compromiso estable que implica el matrimonio bien entendido no se puede plantear si no se cuenta con todas las condiciones a favor. La primera de ellas, inexcusable, es el absoluto convencimiento de ambas partes.
 
En las antiguas sociedades dominadas por códigos morales asfixiantes de cumplimiento obligatorio (basados, generalmente, en religiones tan irracionales como dañinas, incluida la comunista) había muy pocas alternativas al matrimonio: prácticamente ninguna, salvo el convento o el triste destino del despectivamente llamado “solterón” (o mucho peor aun: “solterona”). Hoy las posibilidades son múltiples: hay gran cantidad de “singles” que viven en las grandes ciudades formando redes dinámicas de amistades y de afectos enormemente variadas y llenas de actividad; hay gran facilidad para establecer nuevas relaciones más o menos duraderas que, cuando hay suerte, pueden cuajar en una pareja estable, construida paso a paso de forma natural y al ritmo lento que tal construcción requiere; hay múltiples modelos de convivencia que han provocado incluso un encendido debate sobre lo que actualmente significan las palabras “familia” y “matrimonio”…
 
Muy pocos niegan que una buena relación de pareja estable es la forma más equilibrada y grata de desarrollar una vida plena; pero muchos comprueban que ese tipo de relación puede ser muy difícil de lograr y que, frente a la prolongación de una relación degradada, pueden ser preferibles algunas de las alternativas que ofrecen las sociedades libres y desarrolladas (y prácticamente sólo ellas). Casarse sin convencimiento es en la actualidad poner el carro antes de los bueyes, con todas las probabilidades de que se estrelle en cuanto los bueyes empiecen (torpe y desganadamente) a empujarlo.