En relación a la decisión ¿Creer en Dios pese a la evidencia del mal? esta es una opinión de José Lázaro

No

• José Lázaro
• Profesor de Humanidades Médicas, UAM. Escritor.

Esta es mi opinión de experto

Empecemos por demostrar la inexistencia del mal como tal: es una simple cuestión de punto de vista, quienes creen ver el mal simplemente se han limitado a "mirar las cosas por un ladito", que decía Don Quijote. Pero, ¿qué se ve cuando se mira por el otro? A un señor que acaba de sacar su sueldo íntegro del cajero automático le roban la cartera: cuando se lleva la mano al bolsillo y no la encuentra piensa que ha ocurrido un mal. Pero, ¿qué está pensando en ese momento el ladrón, mientras se toma un ración de gambas y una cañas con los amigotes, todo pagado con la cartera del incauto? Obviamente, el ladrón (y los amiguetes) saben muy bien que el mal del otro es un bien para ellos.
 
Da igual el tipo de ejemplo que busquéis, la conclusión siempre será la misma: Fulano asesina a su mujer para irse con su amante, que es mucho más simpática y más guapa. ¿Es un mal para la mujer? Hombre, puede verse así, porque está muerta, pero es que precisamente por eso ni se entera. Y en cambio él y la otra se lo estarán pasando, seguro, pero es que requetebien.
Lo mismo ocurre en casos en que ni siquiera parece haber un beneficiario directo: seguro que hay alguno indirecto. Siempre que ocurre un mal a alguién se convierte en un bien para otro alguién, no hay pérdida que no beneficie a unos u otros, no hay vacío que no se llene. Un próspero pueblo de campesinos, con tierras fértiles, bonitos ríos y muchos animales domésticos, es asaltado por una banda de malhechores que secuestra a todos sus habitantes (hombres, mujeres y niños) y se los lleva para venderlos como esclavos. Al dia siguiente sus tierras son felizmente ocupadas por los paisanos de la montaña vecina, que vivían en un terreno pedregoso y esteril, sin nada más que hierbajos para comer: ahora serán ellos lo que disfruten de los ríos, los pastos y los animales: mal para uno, suerte para el otro. No falla.
La solución es simple: siempre que creais ver algún mal, mirad el otro ladito y descubrireis, sin excepción posible, un bien. De esta manera queda refutada incluso esta argumentación que parecía tan sólida para demostrar que existe lo que no es más que un producto de la imaginación humana: Dios.
 Decía Bertrand Russell que si después de su muerte se encontraba con Dios y Éste le reprochaba su ateismo, le respondería: "Señor, no nos diste suficientes pruebas". ¿Qué sentido tiene un Dios que se dedica a jugar a las adivinanzas, que se oculta cuidadosamente a los humanos para entretenerse observando si ellos advierten o no advierten su presencia?
En el peor de los casos, si hay que entrar en la discusión (yo pienso que sería mejor cambiar de tema) tendrán que ser los creyentes los que demuestren sus creencias y no al revés. Si yo digo que hay cuadrados redondos tendré que poner encima de la mesa al menos algún cuadrado redondo, no voy a pedir que los demás comprueben que no hay ninguno.
Y si no lo veis claro, pensad en la diferencia entre unos dioses y otros según vayais viajando por el mundo este verano: ¿Cómo es el Dios que se supone que existe? ¿Como el de los cristianos, el de los judíos, el de los islamistas...? ¿Cómo esos budas orientales que ni siquiera está claro si son dioses o santos? ¿Cambia Dios de naturaleza y de aspecto en cada barrio? Y si al final hay que creer, pues mira, yo me apunto a los dioses múltiples del Olimpo griego: creamos en Zeus, Dionisos y la Venus Afrodita, en todos los dioses y diosas que alguna vez salieron en las mitologías: si no podemos librarnos de Él, al menos dejemos que sean muchos y no Uno, para que ninguno de ellos llegue a creérselo demasiado y para que se entretengan peleándose entre ellos.