En relación a la decisión ¿Exigir que la investigación científica sea una prioridad para el gobierno? esta es una opinión de José María Ordóñez Iriarte

Sí

• José María Ordóñez Iriarte
• Doctor en Farmacia y Salud Pública

Esta es mi opinión de experto

¡Que inventen ellos!, dijo Unamuno, y así nos fue, y así nos va, por mor del poco aprecio que los políticos de corto vuelo tienen de la ciencia.
 
Luis Martín Santos en esa maravillosa novela que es Tiempo de silencio, describe cómo era la investigación que se podía hacer en la España de la década de los años 50 del siglo pasado: voluntarismo sin casi recursos.
 
En los 80 del siglo pasado, España dio un salto importante en el mundo de la investigación, gracias a la contribución de muchas personas y a las inversiones económicas que se llevaron a cabo. La universidad fue la cantera que nutrió los distintos centros e institutos que se fueron creando. Se salió del “rincón de la Historia” y se visualizó una investigación que prometía. Actualmente, numerosos son los investigadores que dirigen proyectos internacionales, tanto aquí en España como en los países más desarrollados.
 
¿Qué es investigar?. Investigar no es otra cosa que trabajar, de modo sistemático, siguiendo un método, para intentar dar respuesta a las preguntas y a los problemas que tenemos los humanos. Y estas preguntas y problemas pertenecen a la esfera de la filosofía, la historia, el derecho, la tecnología, la medicina, la farmacoterapia, la….
 
La investigación crea infraestructura, forma recursos, eleva el nivel científico, colabora en solidaridad con el resto de países civilizados en el abordaje de los problemas que encaramos, desarrolla los sectores económicos haciéndolos más competitivos, fomenta, en definitiva, sociedades más ricas, justas y sostenibles.
 
En esas estábamos, a pesar de los problemas, hasta que llegó la crisis. Incluso la Unión Europea recomendó a España que para controlar el déficit público no recortase en I+D+i, porque eso afectaría a corto y largo plazo la investigación en nuestro país. Y eso provoca la huida de científicos españoles a otros países, con el consiguiente empobrecimiento de nuestros centros de investigación y desarrollo.
 
¿Alguien puede imaginarse una universidad sin investigación? ¿Y un hospital?, ¿y los sectores productivos de tecnologías aeroespaciales, industriales, del mundo de la telecomunicaciones, etc.? Pues es lo que está ocurriendo.
 
Volveremos al ladrillo como punta de lanza de nuestra economía, si no se produce un cambio radical y nuestros Gobiernos, sean del color que sean, no hacen una apuesta decidida por la investigación y el desarrollo, que deberían ser consideradas cuestión de Estado, no sujetas a los ciclos políticos.
 
España, a través de la iniciativa pública pero también privada,  debe recuperar el espíritu de la Ley 14/2011, de 1 de junio, de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que en su preámbulo dice: “La generación de conocimiento en todos los ámbitos, su difusión y su aplicación para la obtención de un beneficio social o económico, son actividades esenciales para el progreso de la sociedad española, cuyo desarrollo ha sido clave para la convergencia económica y social de España en el entorno internacional”. Esta Ley fue aprobada por el 99% de nuestros diputados y senadores.