En relación a la decisión ¿Llevar una dieta sana comiendo alimentos "bio"? esta es una opinión de José Miguel Mulet

No

• José Miguel Mulet
• Doctor en Bioquímica y Biología Molecular

Esta es la opinión del experto

En una entrevista realizada por la periodista Lorena Ferrero y publicada en el Diario La Vanguardia bajo el título “Lo ecológico no es más sano ni más bueno para el medio ambiente”, José Miguel Mulet, doctor en Bioquímica y Biología Molecular y autor del polémico libro Los productos naturales, ¡vaya timo!, declara que, tras leer y comparar los distintos estudios publicados sobre la alimentación ecológica, ha llegado a la conclusión de que en torno a la alimentación Bio hay “mucho buen rollo y poca base científica”.

Para el experto, el “que lleven la etiqueta de 'ecológico' no quiere decir que sean más sanos ni más buenos o más beneficiosos para el medio ambiente”.  Es más, “cuando haces una comparativa entre alimentos procedentes de agricultura tradicional y ecológica sobre propiedades nutricionales, es decir cantidad de vitaminas o de nutrientes y sobre efectos sobre la salud, se ve que son indistinguibles”.

Es más, el Dr. Mulet, que también dirige el laboratorio de crecimiento celular y estrés abiótico del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas en la Universidad Politécnica de Valencia, sostiene que a nivel producción, los productos ecológicos no aportan nada tecnológicamente, es una especie de "renuncia” a la tecnología alimentaria “una cosa muy mística que no se hace en otros aspectos de la vida: nadie renuncia a un teléfono móvil o a Internet, pero sí se renuncia a que la alimentación sea con tecnología”.   Para el Dr. Mullet, “ cuando no se usan abonos o fertilizantes, la producción cae en picado y entonces se necesita más terreno cultivado para compensar esa pérdida de producción. ¿Y de dónde se saca ese terreno? Pues del bosque, de la selva o donde haga falta. Por tanto ¿cuál es el beneficio para el medio ambiente?”

Las corrientes a favor de las dieta a base de alimentos ecológicos o bio, no son para el Dr. Mulet más que campañas publicitarias orquestadas por organizaciones ecologístas fundamentadas en mensajes “facilones y muy vendibles” del tipo "¡se va acabar el mundo! apóyanos en esta campaña", cuando los estudios científicos publicados al respecto concluyen que “la amenaza no es tan real o sí que lo es, pero la solución que proponen no es efectiva.”. 

Como ejemplo señala “la amenaza de los transgénicos que está llevando la campaña de Greenpeace … es rotundamente falsa. Alguien que tenga un mínimo de conocimiento ve que están metiendo la pata”, de hecho, según señala en su entrevista, los alimentos transgénicos “son los más estudiados y evaluados de la historia de la civilización. Al ser nuevos, para que salgan al mercado tienen que pasar como diez veces más controles. Si a un alimento del supermercado le pidieras los mismos controles que le pides a un transgénico, la mayoría no los superaría.”

Otro problema de la agricultura ecológica que destaca el Dr. Mulet son las microtoxinas. “Si el taladro (bicho) muerde el maíz, hace un agujero y en él crecen los hongos”, afirma J.M. Mulet,  “algunos de estos hongos tienen microtoxinas que son compuestos tóxicos. Había un nivel de microtoxinas permitido en Europa y lo subieron al doble porque con los mecanismos ecológicos no había manera de hacer frente a la producción. Finalmente lo abrieron para todo el mundo porque partida ecológica que miraban, partida que retiraban.

En cuanto al debate sobre la diferencia de precio entre los alimentos tradicionales y los ecológicos, el Dr. Mulet, le encuentra una razón muy sencilla que nada tiene que ver con la calidad o valor nutricional del producto en cuestión, sino que se explica exclusivamente en el hecho de que al existir menor producción (“la producción ha caído en picado porque han usado métodos de producción obsoletos, que son los que autoriza la agricultura ecológica”) los precios son más elevados.  En este sentido, a pesar de la diferencia en el precio, las propiedades nutricionales de los productos bio no son mayores ni su producción mejora el medio ambiente, es simplemente más escasa y, por ende, más costosa.