En relación a la decisión ¿Desdramatizar el diagnóstico de la dislexia? esta es una opinión de José Quintanal Díaz

No
Imagen de José Quintanal Díaz
0 votos

Esta es la opinión del experto

Para el Dr. Quintanal en una sociedad tan alfabetizada como la nuestra en la que necesitamos interpretar un baile constante de códigos orales y escritos, la dislexia puede llegar a ser algo dramático para quien la padece, convirtiendo su vida en una carrera de obstáculos.   

D. José Quintanal Díaz, Doctor en Ciencias de la Educación y Vicedecano de Ordenación Académica, Prácticas Profesionales y TFG de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, afirma en su post "La dislexia que habita entre nosotros" que, lo que para la mayoría de los especialistas no es más que un “trastorno de la lectura”, una simple dificultad que niños, jóvenes y adultos presentan cuando tienen que interpretar, codificar, comprender y procesar un texto escrito;  se puede convertir en una “dura travesía, escarpada y hasta peligrosa”, en una sociedad tan alfabetizada como la nuestra en la que necesitamos interpretar un baile constante de códigos orales y escritos que nos envuelven.

Si lo pensamos bien, cualquier actividad de nuestra vida cotidiana pasa inevitablemente por el ejercicio de leer, interpretar, escribir o codificar alguna información, resulta imprescindible, por tanto, contar con la comunicación escrita, para vivir y convivir, con la mayor normalidad.

“Esa es la dificultad del disléxico”, afirma José Quintanal en su post.  La sociedad está empeñada en convertir en un calvario lo que no debiera suponer más que un acomodo personal, transformando la vida cotidiana del disléxico en una “auténtica carrera de obstáculos.” 

Hoy en día, y por esta configuración social, el disléxico se ve “directamente afectado y condicionado en sus posibilidades reales de autonomía, aprendizaje, orientación y hasta atención.”

Como acertadamente manifiesta el Dr. Quintanal en su artículo,  “cualquier disléxico se mueve de modo más seguro en un mundo de oralidad; procesa, interpreta, retiene y expresa mejor lo que pasa por su oído y por las cuerdas vocales, que cualquier información visual gráfica.” Pero, por desgracia, “nuestro  entorno no acaba de enterarse de ello; o no está por la labor”.

Así, un sector muy amplio de la población, que el Dr. Quintanal cuantifica en aproximadamente un diez por ciento, son etiquetados ya desde niños como “vagos, revoltosos, hiperactivos, apáticos, problemáticos y otros muchos calificativos… muy fáciles de colgar, pero irreales, siempre erróneos pues para nada, atinan en el diagnóstico.”

 “Más bien acaban siendo dañinos” escribe José Quintanal, “pues como consecuencia de esa incomprensión, el sentimiento de inferioridad aflora en cada uno de estos niños…aquejados de una peligrosa convicción que les convierte, muy a su pesar, en los fracasados del sistema, aunque en realidad sea el llamado sistema el que fracasa con ellos.”

Información relacionada

Páginas web

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×