En relación a la decisión ¿Creer en Dios pese a la evidencia de la ciencia? esta es una opinión de José Lázaro

No
Imagen de José Lázaro
5 votos

Esta es mi opinión de experto

No. Creer en algo es inventarse explicaciones sobre cosas que no se pueden conocer. Ninguna creencia puede tener valor de verdad, aunque sí pueden ser consoladoras desde el punto de vista emocional.

Tal como está planteada, la pregunta plantea de entrada un problema terminológico: cualquier creencia deja de ser dudosa cuando hay evidencia a favor (o en contra) de ella, pues en castellano “evidencia” significa certidumbre o, como dice el Diccionario de la Real Academia: “Certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar”. Por eso no tiene sentido en nuestro idioma el uso (cada vez más frecuente) del plural “evidencias”: la evidencia es total, absoluta, singular por naturaleza. Sin embargo, la negligencia y pereza habitual de los traductores ha hecho que al significante español “evidencia” se le incruste el significado del término inglés "evidence", que quiere decir “prueba”; y las pruebas, al contrario de la evidencia, pueden ser más o menos abundantes, más o menos significativas, más o menos poderosas. Por eso en los tribunales anglosajones suelen decir abogados y fiscales que tienen "evidences" (pruebas) a favor o en contra del acusado. Pero cuando hay certidumbre ya no hacen falta más pruebas. Por eso son tan escasas la ciencias que (como la geometría) pueden proporcionar evidencia: la gran mayoría de las ciencias naturales, biológicas, humanas o sociales sólo proporcionan pruebas, más o menos valiosas, a favor (o en contra) de una determinada hipotesis.
La ciencia nos proporciona pruebas, datos con cierto valor de verdad, conocimientos provisionales pero objetivos, comprobables, eventualmente refutables, sobre las cosas que ocurren.
La filosofía y otras formas del pensamiento lógico racional nos proporcionan ideas, teorías, argumentos que pueden ser coherentemente defendidos o refutados mediante el diálogo.
Las creencias empiezan donde acaba la posibilidad de conocer y se abre la de fantasear: por eso las creencias carecen de cualquier valor para el conocimiento de la realidad, pero son valiosísimas desde el punto de vista emocional: nos consuelan, nos ilusionan, nos estimulan. Son una excelente droga que nos permite engañarnos a nosotros mismos para alcanzar con ello el bienestar. (Un comentario más amplio sobre esta distinción puede encontrarse bajo otra decisión de Dontknow: “¿Distinguir ideas y creencias?”).
Es absurdo que la ciencia intente aportar pruebas (vulgo, “evidencias”) contra la creencia en Dios (o en cualquier otra cosa). Ciencia y religión (es decir, conocimientos y creencias) pertenecen a universos paralelos, están en distintas órbitas, son mundos alternativos (y en ocasiones complementarios, porque uno nos ilumina y el otro nos consuela). Darle argumentos o pruebas científicas a un creyente es como hablarle en ruso a un chino.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×