En relación a la decisión ¿Leer poesía? esta es una opinión de Juan Malpartida

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Esta es mi opinión de experto

La poesía, en verso o en prosa, es uno de los testimonios más irreductibles de la historia. Leer poesía es una tarea que todos deberíamos aprender, porque en su capacidad sintética y sugerente hay una crítica de los simulacros e imposturas. La poesía puede enseñarnos a vivir más intensamente.

Sería extraño que alguien opinara que no hay que leer poesía, o que ya no, porque la hemos superado... Ahora bien, argumentar por qué sí es una tarea ardua, aunque no imposible. Philip Sidney escribió una defensa de la poesía, y más valiosa fue -tocada por el romanticismo- la de Shelley. Los románticos, que inventaron de manera consciente el poema en prosa, fueron grandes defensores de la poesía. También los surrealistas exaltaron la poesía y la depositaron en el inconsciente de la humanidad, a la que se podía acceder por ciertos métodos liberadores. Además postularon la acción misma como posibilidad de encarnar los dones del poema. 
 
Otros, sin embargo, han accedido a ella gracias a la técnica literaria y la lucidez, pero en todos los casos hay un momento de colaboración con el otro lado, con lo que, de manera antigua e insuperable, se ha llamado inspiración. La poesía es un género literario, pero esta definición es engañosa, porque dentro de este género hay mucha obra que carece de poesía, y sin embargo la podemos encontrar en textos en prosa (en El Persiles de Cervantes, por ejemplo). La poesía tiene que ver con la densidad de los significados dentro de la economía de la expresión. La poesía, incluso cuando es reflexiva, trata de mostrarnos algo, un fragmento completo de la realidad. Hay poesía narrativa, reflexiva, lírica, conceptual, pero sea de esta o aquella manera, toda coincide en ser sintética y sugerente, una alianza entre forma y sentido. El poema está habitado por el ritmo, por las imágenes, y supone una suerte de acuerdo tácito, como el que encontramos en la música. Sea entusiasta o pesimista y desgarrada, la poesía siempre dice . De nuevo en esto se parece a la música. Pero "no es música, ni mármol ni pintura sino palabra en el tiempo" (Antonio Machado). Para Machado la poesía era lo esencial heterogéneo, es decir: aquello que es siempre otro, una otredad manifiesta que siempre remite a lo irreductible. El poema era para Paz la casa de la presencia, a diferencia de Heidegger que afirmó que era la casa del Ser.
 
¿Leer poesía? Por supuesto, pero requiere aprendizaje, o una cierta fatalidad. Hay personas muy ilustradas para las que un poema es algo impenetrable. En los colegios se debería enseñar a leer poemas en voz alta, a escribirlos, a aprender de su capacidad descriptiva y encarnadora de la complejidad de los sentimientos y emociones. Además, la poesía no sólo refleja esos sentimientos, los inventa al descubrirlos, les da forma y así podemos reconocernos en una complejidad y belleza (así sea una belleza terrible) hasta entonces inéditas.La poesía puede enseñarnos a valorar mejor el tiempo, la conversación, la prosa. A no ser vanamente locuaces. Pero sobre todo puede ayudarnos a vivir más intesamente, a saber y saborear, porque lo que nos ofrece es un lenguaje corporal, una sensibilidad inteligente y una inteligencia sensible. Desde el poema de Gilgamesh y Homero hasta Dante, Nerval, Baudelaire, Proust,  Borges, Paz, Saint-John Perse, Gil de Biedma y Valente, la poesía ha sabido ser el testimonio más complejo y sutil de la historia humana. No el único, pero sí el que nos ayuda a reconciliarnos con lo que sabemos.

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