En relación a la decisión ¿Consumir menos tecnología? esta es una opinión de Julio Pérez-Tomé Román

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Esta es mi opinión de experto

¿Consumir menos tecnología? También podríamos preguntar lo contrario: ¿Consumir más tecnología? Hay personas que por su escasa o casi nula incorporación a las posibilidades tecnológicas, son muy poco productivas. En cambio otras utilizan suficientemente la tecnología que les permite ahorrar tiempo.

Como siempre –nunca me cansaré de recordarlo mientras sigan insistiendo en demonizar la tecnología– el problema no es si hay mucha o poca tecnología o si la usamos mucho o poco. ¿El mar es demasiado grande y te puedes ahogar si te alejas de la orilla? Según eso no tendrían sentido ni las aletas, ni las gafas, ni el tubo, ni las botellas de oxígeno, ni el arpón si se trata de pesca submarina, ni, ni, ni… Volvamos a la cuestión del consumo tecnológico. Muchas personas deberán hacer dieta digital o tecnológica pero otras quizá se mueven en la arriesgada anorexia en este campo de la tecnología. Y hablo de riesgo porque si no se adaptan, si no fortalecen sus habilidades con los actuales dispositivos, corren el peligro de no encontrar su hueco laboral que, evidentemente, cada vez es un requisito más demandado.
 
Es cierto que muchos profesionales dominan suficientemente los recursos tecnológicos y se conforman con lo que tienen. Se olvidan de que el mundo del trabajo no deja de evolucionar y que la adaptación no se debe reducir a "progresar adecuadamente" porque enseguida se quedarán obsoletos profesionalmente. El problema radica en no enfocar la cuestión con perspectiva. La edad y la ocupación determinan la necesidad, el ritmo y volumen del consumo tecnológico. Como los convencidos de que hay que reducir ese consumo parecen ser mayoría, lo que conviene es fijarse en el extremo contrario. Habrá que cerciorarse de lo que en un futuro cercano será necesario dominar tecnológicamente; la paradoja de todo esto es que la mejor forma de informarse y de formarse es precisamente a través de la tecnología. Los que se mantienen alejados por pura prevención (¿pereza?) se han metido realmente en un callejón sin salida. Han optado por una calle que no te depara nada nuevo. Frente a la bulimia tecnológica no hemos de pensar que lo correcto es practicar la anorexia.
 
Lo equilibrado es acudir a un experto –tecnólogo, claro– y que nos diseñe una dieta a la medida de nuestras edades, ocupaciones, planes de futuro, expectativas y, lógicamente, al nivel razonable de las capacidades de cada uno.

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