En relación a la decisión ¿Ir a misa todos los domingos? esta es una opinión de Leo John Trese

Esta es la opinión del experto

La Iglesia ha establecido que la forma de dar culto a Dios es a través de la participación en la misa. Para el padre Trese, el tiempo semanal dedicado a Dios es en realidad muy poco, y por lo tanto, faltar a misa es un pecado grave.

Para el padre Trese, dedicar un día de la semana a Dios es una consecuencia de la ley natural: "Que haya un día del Señor es una consecuencia lógica de la ley natural (es decir, de la obligación de actuar de acuerdo con nuestra naturaleza de criaturas de Dios), que exige que reconozcamos nuestra absoluta dependencia de Dios y agradezcamos su bondad con nosotros.
 
Sabemos que, en la práctica, es imposible para el hombre medio mantenerse en constante actitud de adoración, y es por ello natural que se determine el tiempo o los tiempos de cumplir este deber absolutamente necesario. De acuerdo con esta necesidad se ha señalado un día de cada siete para que todos los hombres, en todos los lugares, rindan a Dios ese homenaje consciente y deliberado que le pertenece por derecho".
 
La Iglesia ha establecido que la forma de dar culto a Dios es a través de la participación en la misa:
"En su función legisladora divinamente instituida, la Iglesia responde a nuestra pregunta diciendo que, sobre todo, santificaremos el día del Señor asistiendo al santo Sacrificio de la Misa. La Misa es el acto de culto perfecto que nos dio Jesús para que, con El, pudiéramos ofrecer a Dios el adecuado honor".
 
El padre Trese nota que el tiempo semanal dedicado a Dios es en realidad muy poco, y por lo tanto, faltar a misa es un pecado grave:
"En la práctica, tenemos, pues, obligación de reservar a Dios como algo suyo una hora de las 168 que nos da cada semana.
Si tenemos esto en cuenta, comprenderemos la razón de que omitir la Misa dominical deliberadamente sea pecado mortal. Veremos la radical ingratitud que existe en la actitud de aquella persona 'tan ocupada' o 'tan cansada' para ir a Misa, para dedicar a Dios esa única hora que Él nos pide; esa persona que, no satisfecha con las ciento sesenta y siete horas que ya tiene, roba a Dios los sesenta minutos que Él se ha reservado para Sí. Se ve claramente la falta total de amor, más aún, de un mínimo de decencia, que muestra aquel que ni siquiera tiene la generosidad de dar una hora de su semana para unirse a Cristo y adorar adecuadamente a la Santísima Trinidad de Dios, agradecerle sus beneficios en la semana transcurrida y pedir su ayuda para la semana que comienza".
 
Finalmente, el padre Trese también recuerda que se debe asistir a misa completa, estando física y mentalmente presentes:
"No sólo tenemos obligación de asistir a Misa, sino que debemos asistir a una Misa entera. Si omitiéramos una parte esencial de la Misa -la Consagración o la Comunión del celebrante sería casi equivalente a omitir la Misa del todo, y el pecado sería mortal si nuestro fallo hubiera sido deliberado...
 
Para cumplir esta obligación tenemos que estar físicamente presentes en Misa para formar parte de la congregación. No se puede satisfacer este deber siguiendo la Misa por televisión... No sólo debemos estar presentes físicamente, también debemos estar presentes mentalmente. Es decir, debemos tener intención -al menos implícita- de asistir a Misa, y cierta idea de lo que se está celebrando".

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