En relación a la decisión ¿Leer poesía? esta es una opinión de Leopoldo Gonzalo

Sí

• Leopoldo Gonzalo
• Académico numerario de la Academia EU de Ciencias y Artes

Esta es mi opinión de experto

Y si no las saben es porque no las leen; y si no las leen es porque no se las enseñan, ni siquiera se les muestra el camino para encontrarse con la Poesía –con mayúscula- como expresión de la belleza.
 
Porque la poesía se descubre, como se descubren las islas y los continentes, según también decía el filósofo español refiriéndose al mundo de los valores. La forma poética no es sino un valor añadido a la expresión literaria, a lo que también podría decirse en prosa. Pero es algo más. Como ningún otro género literario, la poesía busca la belleza, y la belleza origina la emoción, la emoción estética ajena a toda finalidad pragmática y material. La belleza física, no exenta de intención espiritual,  se expresa sobre todo a través de la escultura, la pintura o la arquitectura. Solemos hablar así de estas bellas artes como artes plásticas. La poesía, en cambio, se sirve de las palabras como elemento constructivo para suscitar nuestra emoción, asistida siempre por esa capacidad humana incomparable que llamamos imaginación.
 
            Ritmo, estrofa y poema ordenan las palabras en este género literario para, como digo, elevar nuestro espíritu y suscitar mágicamente nuestra emoción. Pero, ¿cómo definir la poesía? La célebre rima de Becquer vienen inevitablemente a la memoria: “¿Qué es poesía?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul; / ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía…eres tú”. Pocas definiciones de lo que es la expresión poética a través de unos pocos versos -si alguna-, resultan más intuitivas y certeras que ésta del vate sevillano.
 
             Resulta inconcebible la pobreza de nuestros actuales planes de estudios primarios y secundarios. Las poesías se aprendían antes ya en el parvulario. Nada más accesible para los niños que los mensajes envueltos en el “ritmo de la rima”. Es culposo el hurto que se hace hoy a nuestros escolares del riquísimo acerbo de nuestra lírica y nuestra épica, española e hispanoamericana; desde la inspirada lira mística de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús, hasta el Romancero, antes sabido y transmitido oralmente de generación en generación por las capas más populares, como demostró Menéndez Pidal.
 
            Hoy, más que nunca, en este nuestro mundo prosaico y utilitarísta en el que nos hemos zambullido, es imprescindible la poesía. Y como muestra de hasta qué punto unos sencillos versos pueden expresar lo auténticamente necesario y elevar nuestro espíritu, transcribo el siguiente poema de María Elena Walsh, titulado Nada más, y al que yo añadiría: “…y nada menos”. Dice así: “Con esa moneda / me voy a comprar / un ramo de cielo / y un metro de mar, / un pico de estrella, /  un sol de verdad / un hilo de viento / y nada más”. Sí, resueltamente, sí, nos hace mucha falta leer poesía urgentemente.