En relación a la decisión ¿Ser una persona positiva a pesar de las dificultades? esta es una opinión de M. NEUS CALLEJA FERNÁNDEZ
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M. NEUS CALLEJA FERNÁNDEZ
- Directora del Teléfono de la Esperanza de Barcelona
Esta es mi opinión de experto
Ser una persona positiva nos ayudará y facilitará la vida en todos los aspectos. Pero, ¿todas personas podemos ser positivas? Cuando alguien no se ve capaz de pensar de forma optimista y positiva, fácilmente puede experimentar un sentimiento de culpa.¿Por qué yo no puedo ser así? ¿Qué hago mal?
Hay personas que son positivas por naturaleza, que desde pequeñas saben valorar las cosas y experiencias desde una visión optimista. Ello les permitirá afrontar las dificultades de la vida de forma mucho más sencilla. Su recuerdo vital siempre será agradable y constructivo. Pero ¿se nace con esta capacidad o se aprende?
Esta pregunta no tiene fácil respuesta y seguramente, por muchas vueltas que le demos, llegaremos a la conclusión de que las personas que nacen con ella tienen una enorme ventaja sobre las demás. No deberán esforzarse tanto como el resto de la población para ver el lado positivo de las cosas y su estado de ánimo les facilitará el día a día sin que se den apenas cuenta.
Si no tenemos la suerte de estar entre este grupo de personas "afortunadas" deberemos APRENDER a incorporar en nuestra forma de ser esta capacidad o actitud vital. Si nos proponemos hacerlo, podremos sin duda. La mayor o menor dificultad en conseguirlo vendrá determinada por nuestro temperamento y las circunstancias de la vida. Si resulta demasiado difícil para llevarlo a cabo uno mismo, siempre se puede recurrir a una ayuda psicológica que, desde un punto de vista cognitivo, facilite el cambio de pensamiento. Requerirá esfuerzo, seguro, pero valdrá la pena!
No obstante, de la misma forma que siempre hay personas positivas por naturaleza, también las hay que son negativas, que ven la botella siempre medio vacía y que viven su día a día con una insatisfacción generalizada. En estas personas el aprendizaje les reforzará el pensamiento de que todo es difícil y complicado, e incluso que lo habitual es que las cosas no salgan bien. Cualquier acierto se interpreta desde la casualidad y por tanto, les costará mucho creer que su actitud o conducta ha generado un hecho positivo. También en estos casos se puede modificar esta actitud, pero desde la aceptación de la forma de ser de cada uno. El esfuerzo será enorme pero el resultado será más gratificante cuanto más trabajo haya supuesto.
El papel de padres y educadores es fundamental para enseñar y potenciar en la infancia una visión e interpretación positiva de las experiencias propias. Ser positivo ayudará enormemente a trabajar la autoestima y la confianza en uno mismo. Sólo así podremos afrontar las dificultades de forma positiva y optimista.
Durante mis años como profesora en universidad pude constatar muchas veces en los estudiantes esa perspectiva de ver la botella medio vacía como indica la experta. Creo que muchas veces esta visión negativa tiende a ahondarse como una espiral que absorbe cuando la persona se cierra en sí misma, lo que hace que vea todo cada vez más negativamente. Considero que el papel del educador es fundamental para ayudar a salir a los estudiantes de esa postura paralizante. No debemos olvidar que un educador es ante todo formador de personas, sin importar el nivel educativo en que se ejerza la docencia.
Cuando las chicas y chicos llegan a la universidad, generalmente están en una edad en que se enfrentan a nuevas situaciones, necesidad de toma de decisiones, han salido ya de un ambiente más protegido como el que pudieron tener en la secundaria y ellos mismos se sienten en la obligación de poder guiar sus vidas. ¿Qué pasa entonces cuando se enfrentan a una situación difícil? ¿Piden consejo? ¿Se cierran en sí mismos? ¿Comienzan a ver un panorama frustrante y negativo? Allí es en donde considero que los educadores universitarios deben estar atentos, no sólo al rendimiento académico de los estudiantes sino a su conducta. Ser capaces de abrir diálogo, de escuchar… Muchas veces, la botella se comienza a ver medio llena con el simple hecho de saberse escuchado.
Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario Patricia. Ejercer de educador, sea en el ámbito que sea (universitario, escuela, etc.) comporta mucha responsabilidad. Dependerá del grado de implicación del docente y de su capacidad empática que pueda estar más atento y receptivo a los estudiantes en su globalidad, aunque comportará tiempo y mucha dedicación. Gracias por tu aportación.