En relación a la decisión ¿Ser sincero con mis amigos y decirles todo lo que pienso de ellos? esta es una opinión de Marco Tulio Cicerón

Imagen de Marco Tulio Cicerón

Esta es la opinión del experto

Cicerón decía que es propio de la verdadera amistad “amonestar y ser amonestado”. La adulación es opuesta a la verdadera amistad, porque la verdad es el bien más preciado de la misma.

La amistad está para “amonestar y ser amonestado”, dice Cicerón. Dar una opinión negativa, decir lo que pienso, sobre alguna situación o algo que ha dicho un amigo se debe hacer libremente, pero sin aspereza. Del mismo modo, el amigo debe aceptar esta crítica con paciencia y sin enojarse:

“… pues no hay peste mayor en la amistad que la adulación, el halago, la lisonja; aunque, en efecto con muchos nombres es denominado este vicio, a voluntad del que habla siempre a favor del placer y no a favor de la verdad, hecho propio de hombres sin conciencia y falaces” escribe el abogado romano.

Las situaciones simuladas, falsas, pueden acabar por viciar el comportamiento y, según Cicerón, terminar por confundir el “juicio verdadero”. El verdadero valor de la amistad es precisamente que la verdad prevalezca: “No puede existir un ánimo diferente, voluble y múltiple.”

Cicerón opinaba que el que se adapta al sentimiento y voluntad del otro, a sus estados de ánimo, humores, manías… solo puede ser un necio y lo califica de “espíritu flexible y descarriado”.

Comenta Cicerón que es fácil distinguir a un adulador de un amigo auténtico, de igual manera que en general se reconoce rápido lo fingido y simulado de lo real y natural. Dice así:

“La amistad se mide toda ella con la verdad. No existe cuando uno no quiere escuchar la verdad y el otro está dispuesto a mentir. El adulador siempre encomia aquello que el adulado quiere oír.”

 

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