En relación a la decisión ¿Utilizar juguetes sexuales? esta es una opinión de María José Naranjo

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Esta es la opinión del experto

El uso de juguetes sexuales responde, en la mayoría de los casos, a exigencias de modas sociales. Estos juguetes pueden aumentar nuestro gozo sexual, pero siendo el placer algo tan subjetivo no demos nada por hecho, conviene familiarizarnos con ellos antes que un mal uso puedan perjudicarnos. 

Para María Jose Naranjo Hernández, psicóloga y experta en temas de sexualidad, tras una época de fuerte represión sexual "estamos viviendo desde hace algunos años una ola donde lo socialmente aceptable es ser capaz de disfrutar casi con cualquier persona y en las situaciones más peculiares.”  

Así, se cumple con uno de sus mandatos, que es el de ser liberal, “sino es como que te pierdes una parte imprescindible en tu desarrollo evolutivo: el de transgredir los valores tradicionales”; pero eso sí, sin pasarse. 

La Dra. Naranjo Hérnandez, miembro la Asociacion de Mujeres para la Salud y asidua colaboradora de su revista "La Boletin@"  afirma en uno de sus artículos que “hay una línea muy difusa entre la que enmarcar nuestro comportamiento”. Si no mantienes relaciones (o al menos lo intentas centrando tus energías en ello) eres etiquetado de mojigato o reprimido y si lo haces en exceso eres promiscuo.”

Si a lo anterior le sumamos qué no se nos educa para conocer nuestro cuerpo y nuestros sus gustos “porque el cuerpo es algo que atender para que sirva de reclamo o como herramienta de trabajo”, esta psicóloga experta en sexualidad conluye que "la mayoría no somos asertivos con nuestra sexualidad y su práctica no está centrada en lo que nos hace disfrutar. 

La sexualidad ha dejado de ser una fuente de autoconocimiento o de búsqueda de placer, para convertirse en un instrumento para conseguir otros fines, como el reconocimiento social, la valía personal o autoestima o las posibilidades de encontrar una pareja que nos complete, por ello que nos queda mucho camino por recorrer en cuanto a tener prácticas sexuales centradas en nuestros deseos e intereses, y no tanto en mandados sociales.

En esta época en que está pisando fuerte el consumo de juguetes sexuales, se acrecienta para la Dra. Naranjo “el riesgo de seguir haciendo todo lo que se supone que tenemos que hacer para ser “normales” o “modernos”, cuando en realidad seguimos tratando el tema como algo tabú y secreto.  

“Con esto no me refiero a que crea que es necesario que todos comenten de forma exhaustiva si los usan sentadas o de pie", dice la Dra. Naranjo, "si no cómo recreamos nuestros deseo, como nos erotizamos, o si nos parece importante usarlo con nuestras parejas sexuales, cómo reaccionan ellas/os, si en realidad tengo que taparme con la sábana porque me da vergüenza, si no me hace sentir lo que se suponía que tenía que sentir.”

Y esta es justa la idea sobre la que la Dra. Naranjo nos invita a reflexionar en su artículo.  El uso de juguetes sexuales puede no ser recomendable porque la vergüenza, el miedo, la pereza o la falta de costumbre siguen planteando inseguridades personales y de pareja.   Cuando su uso no está perfectamente consensuada entre los miembros de la pareja pueden surgir cuestiones incómodas “porque se supone que con la compra de los aparatos, viene todo lo demás”, afirma la Dra. Naranjo, “supongo que por esto hay tantas mujeres que emocionadísimas por los miles de orgasmos prometidos en esas reuniones compran objetos varios, que luego se quedan en el cajón muertos de risa.

 

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