En relación a la decisión Mi memoria, ¿necesito ejercitarla? esta es una opinión de Miriam Ehrenberg
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Miriam Ehrenberg
- Psicología clínica
Esta es la opinión del experto
“Cuanto más use la memoria, mejor será esta. No existe límite a la cantidad de datos que puede almacenar en su memoria; cuantos más haya depositado, más podrá seguir depositando. Los antiguos recuerdos facilitan los nuevos y hacen que resulten más sencillos de archivar y recuperar”.
Ante todo, hay que tener en cuenta que, “en parte, nuestra tendencia a olvidar constituye una forma de protegernos de la gran masa de datos ya depositados en nuestro “banco” de memoria. Como no nos resultan útiles, los dejamos a un lado”. “Los fallos de memoria constituyen un fenómeno moderno en gran medida. En sociedades más antiguas, la memoria se cultivaba de manera activa”. “La tradición oral de memorizar materiales para su transmisión a los demás era algo absolutamente imprescindible antes de que se inventara la imprenta y el papel barato”. “Cuando se dispone de libros, lápices y cuadernos, no se tiene la necesidad de seguir recordando de esa forma”. “Hoy en día nos negamos a perder tiempo almacenando en la memoria datos que podemos consultar fácilmente en enciclopedias, diccionarios o almanaques”. De hecho, “en los países en los que escasean los libros y los materiales para escritura, la gente suele tener una memoria más desarrollada”.
“Las investigaciones han demostrado que poseemos unas enormes reservas de recuerdos que normalmente no están a nuestra disposición para hacer uso inmediato de ellos”. “Parece ser que, una vez que se queda grabado un recuerdo en la memoria, permanece en ella para siempre”; para rememorar alguno de estos recuerdos, “lo único que tiene que hacer es aprender a activarlo”. “Estudios recientes han demostrado que, a través de la estimulación eléctrica del cerebro, la gente ha sido capaz de recordar acontecimientos y temas que parecían haber olvidado del todo. En situación de hipnosis, otras personas son capaces de recordar acontecimientos que parecían haber olvidado del todo”.
La diferencia entre una persona con una memoria normal y las personas con una gran memoria que hemos visto en el cine o en los concursos televisivos “radica en que ellos saben cómo transformar las nuevas informaciones en rastros o huellas en la memoria y cómo activar esos recuerdos almacenados”. Esta capacidad es perfectamente entrenable y, por lo tanto, todo el mundo tiene potencial para poder desarrollar estas habilidades.
