En relación a la decisión ¿Orientar la vida sexual según la religión? esta es una opinión de Francisco Javier de la Torre Díez

Imagen de Francisco Javier de la Torre Díez

Esta es la opinión del experto

Los cristianos somos hijos de la Palabra. Sentimos que hay una Palabra que nos orienta. En Jesús de Nazaret encontramos un amor que es entrega. De esta forma este autor ve la sexualidad en clave de amor que se entrega, que reconoce al otro, que se vincula, que lo ayuda a crecer, que le da vida.

Para unir teología y mundo cristiano con la sexualidad Javier de la Torre se refiere al Génesis como génesis de la ternura. Cuando se dice que Dios crea al ser humano significa que lo crea sexuado, y que la sexualidad era buena: «Y vio Dios que era bueno».
 
Dios crea la hombre a su imagen, es decir, lo crea para la relación, para la diferencia. El símbolo de la costilla es el símbolo de la igualdad. La génesis de la ternura en la Biblia habla de igualdad, de relacionalidad, de bondad de la sexualidad; habla de fecundar para poblar la tierra pero también de una comunidad más fuerte, que se crea cuando dos personas se juntan y se miran a los ojos, dos personas capaces en culturas patriarcales, de dejar padre y madre, por construir un nuevo mundo.
 
En la Biblia la sexualidad es para la procreación, para tener una gran descendencia; pero también subraya el aspecto afectivo de la pareja, el aspecto unitivo. En la Biblia hay cantos al afecto, al cariño, a la sexualidad.
 
Con el tiempo hemos pasado de una sexualidad entendida como genitalidad, a una sexualidad más integral; de una sexualidad que parecía que sólo se ejercía para procrear, a una sexualidad como lenguaje de la persona. Pero hay algunos temas que conviene pensar. Uno de ellos es la erotización de la sociedad, donde parece que lo importante es la cultura de la satisfacción.
 
A la hora de pensar una moral sexual, es importante darse cuenta de que no estamos en una época estable, sino que estamos en una sociedad flexible, en la que es difícil vincularnos con otros, crear lazos estables. Hay mucha competitividad, la familia a veces se siente distante, estamos inmersos en lo público... y es precisamente en lo privado el lugar donde «encontrarse con el otro». La consecuencia es una sociedad fundamentalmente emocional, con personas tremendamente solas emocionalmente, para quienes encontrar a alguien que las quiera, que les toque el corazón, es lo más importante; por eso hay un gran canto a lo afectivo, a lo sexual, pero en lo privado, no en lo público.
 
Pero, ¿cuáles son los criterios que orienten una moral sexual?  Javier de la Torre señala cuatro:

  • Somos un cuerpo integrado. En la tradición cristiana al recuperar la Biblia se recupera la corporalidad. El cuerpo es lugar de expresión de comunicación, de encuentro, de contacto, de escucha del otro, de acogida. Es límite, es finitud, pero también es encarnación, posibilidad.
  • El placer es bueno si construye a la persona. El placer, tan valorado actualmente, es bueno si construye la persona pero no si la utiliza y la hace un objeto. La tradición cristiana habla hoy del placer como un placer que se entrega, que se disfruta en la entrega con el otro, no tanto como un derecho.
  • El amor cristiano tiene rostro, es un amor concreto que saca del anonimato al otro. Sin negar los impulsos no se queda en ellos. No niega la biología, la física, la química de nuestra sexualidad, pero al mismo tiempo integra la responsabilidad y la dimensión social.
  • El amor, la sexualidad y los afectos son un amor fecundo. Engendra vida en un sentido amplio, que no es sólo tener hijos, se puede ser fecundo de muchas formas. Pero sobre todo hay que entender que ser padre es un don. Y que hay que ser cada vez más fecundos, o sea es un decir «quiero sacar de tí, tu mejor tú».

 
En resumen podríamos decir que la relación y la sexualidad humana tendrían que ayudar primero a vincularse y después a crecer.
 
Por otro lado este autor asume que somos hijos de una tradición, que tenemos una historia no lineal, con quiebras y curvas. Afirma que somos hijos de una historia de la cual no renegamos, pero los cristianos de hoy día, somos fieles a Cristo, somos hijos de la Palabra, sentimos que hay una Palabra que nos orienta. Es lo que muchos cristianos hemos encontrado en Jesús de Nazaret, que es esperanza, es vida, es Palabra y es, ante todo, un amor entregado.
 
Fuente: De la Torre, Javier. Conferencia «Moral Sexual». Febrero, 2008.

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