En relación a la decisión ¿Pedir la epidural en el parto? esta es una opinión de Heidi E. Murkoff

No

• Heidi E. Murkoff
• Escritora. Divulgadora sobre temas de embarazo

Esta es la opinión del experto

“A medida que la anestesia epidural se ha ido haciendo más popular, se han ido poniendo de manifiesto algunas desventajas”. Este tipo de anestesia durante el parto “puede bloquear los deseos de empujar de la madre”.
 
“El parto con epidural puede ser más largo ya que las contracciones son menores o se sienten menos” si esto se demora y resulta necesario, el médico podría administrar oxitocina para provocar las contracciones.
 
Además, afirma la autora, las complicaciones durante el parto son más probables si se utiliza esta anestesia local: “las extracciones mediante fórceps o al vacío son más frecuentes para poder completar la expulsión”.
 
La anestesia raquídea para una cesárea y para un parto vaginal, “se administra en una dosis única inmediatamente antes del parto”. Para ello “la madre se tiende sobre el costado y se le inyecta un anestésico en el líquido que rodea a la médula espinal”. Este tipo de anestesia, comenta Murkoff, puede producir náuseas y vómitos mientras dura el efecto del fármaco (entre una hora y una hora y media).
 
Existe, en este tipo de anestesias, el peligro de una caída de la presión sanguínea de la madre, es por ello por lo que habitualmente se le elevan las piernas, desplazando el útero hacia la izquierda y, si es necesario se administra medicación para contrarrestar o prevenir esta complicación.
 
La epidural reduce el dolor de forma significativa, aunque afirma Murkoff, puede que, finalmente, no ofrezca un control total del dolor de las contracciones.
 
Por todo ello, y aunque la autora reconoce la eficacia de la anestesia epidural como medio analgésico muy valioso durante la dilatación, recomienda que no se utilice de forma rutinaria.