En relación a la decisión ¿Justificar el "señalamiento popular" (escrache) por el descontento social existente? esta es una opinión de Pedro Biurrun

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Esta es la opinión del experto

Los políticos, supervisores o representantes de la banca son responsables de la dramática situación de muchos ciudadanos, pero esa no es razón suficiente para traspasar las barreras de la convivencia democrática y llevar la protesta hasta la amenaza, el insulto y la intromisión en la esfera privada.

Pedro Biurrun, Subdirector de Internet  y Desarrollo Multimarca del diario "Expansion", afirma en su post "Escrache, o cuando las victimas pueden llegar a ser verdugos" que conviene establecer  ciertos limites al "escrache" o "señalamiento popular" para garantizar la "convivencia democrática" sin amenazar a un principio tán básico como la libertad de expresión.

Asi, Biurrun escribe, "la protesta en forma de escrache tiene muchas acepciones y padrinos pero consiste básicamente en hostigar a quienes se considera culpables de una situación hasta a las puertas de sus domicilios, amenaza con cruzar nuevas y peligrosas barreras.  Afectados por las hipotecas, por las acciones preferentes o por diferentes males derivados de la actual crisis económica, han apuntado a los políticos como responsables de su situación, no sin alguna razón en ciertos casos."

Remitiendose a ejemplos recientes y reales, Pedro Biurrun nos recuerda que  "como resultado, Esteban González Pons, Rosa Díez o la diputada el P P por Asturias Carmen Rodíguez Maniega han denunciado el acoso a que se han visto sometidos a las puertas de sus propios domicilios, ellos u otros colegas de profesión.

Para el Subdirector de Expansión, "es cierto que existe el derecho a la ibertad de expresión, al igual que lo es que políticos, supervisores o representantes de la banca -y algunos afectados también- tienen su cuota de responsabilidad en los fallos del sistema que han derivado en la dramática situación de muchos ciudadanos, pero esa no es razón suficiente para traspasar las barreras de la convivencia democrática y llevar la protesta hasta la amenaza, el insulto y la intromisión en la esfera privada.

Por otro lado, Pedro Biurrun considera que no hay que llegar "a extremos como el de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, que ha llegado a calificar a los 'escracheadores' de filoetarras, lo que tampoco contribuye a la paz social y es criticable."

Para el Sr. Biurrun, es innegable el derecho a la queja de los ciudadanos y su legitimidad para exigir responsabilidades es inherente a sus obligaciones democráticas, "pero hay muchas vías para hacerlo, incluida la protesta callejera siempre que no rebase ciertos límites: las masas pueden transformarse y sacar lo peor de sí mismas en un momento dado, cuando creen que la justicia social les ampara."

Extraido del post "Escrache, o cuando las victimas pueden llegar a ser verdugos", publicado en http://www.expansion.com/blogs/estadistica-pollo/2013/03/25/escrache-o-c...

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