En relación a la decisión ¿Vivir en pareja sin tener hijos? esta es una opinión de Pedro Trevijano Etchvarría

No

• Pedro Trevijano Etchvarría
• Doctor en Teología Moral

Esta es la opinión del experto

En su artículo “Los hijos en la familia” ,  Pedro Trevijano Etchevarría, sacerdote y Doctor en Teología Moral, afirma que la gran misión de los padres es crear un “clima familiar” donde los hijos desarrollen su personalidad y realicen sus primeras experiencias educativas.
Para el Padre Trevijano “la tarea de hacer de cada niño una persona es una de las tareas más grandes que el ser humano puede hacer”  y el lugar adecuado para realizar dicha tarea es en el ámbito de la pareja, del matrimonio, de la familia.   
Según el punto de vista que expresa en el citado artículo, dicha tarea es una “exigencia moral” que se concreta en que la pareja tenga hijos a los que proporcione un “clima familiar” idóneo. 
“Clima familiar” que, para este teólogo con gran experiencia docente, es el que proporciona el matrimonio, “porque ningún otro tipo de relación es capaz de reemplazar convenientemente el ambiente, la estabilidad y la seguridad que un buen matrimonio y, en consecuencia, una buena familia proporciona al niño.”
La pareja debe “ponerse a disposición de los hijos dedicándoles el tiempo y la dedicación que necesiten poniendoles en condiciones de poderse desarrollar en todas sus dimensiones (la física, la afectiva, la intelectual, la religiosa, la cultural, la familiar, la lúdica, la social), en el ejercicio de sus derechos inalienables y en el cumplimiento de sus deberes fundamentales.”
Cuando los padres no disponen del tiempo necesario para dedicar a los hijos se produce lo que el Padre Trevijano denomina “vacío afectivo”, que aparece cuando la pareja dedica la mayor parte de su jornada a sus actividades personales y profesionales y llegan a casa agotados y sin humor para relacionarse con sus hijos, olvidándose de que la dedicación a estos exige una actitud “apacible, luminosa y serena” frente  a los problemas o conflictos que se puedan dar en el ámbito de la familia, pero siempre sin dejarse llevar por el “cómodo permisivismo” que últimamente se viene instalando en la sociedad.
Pero la pareja también necesita educarse en su parcela de “padres” y, como tal, “educadores” .  Para el Padre Trevijano “cuando unos padres renuncian a educar ejemplarmente a sus hijos, pensando por ejemplo que el educar en valores corresponde a las escuelas o colegios, es una catástrofe no sólo para los hijos, sino también para esos padres irresponsables. Ejercer de esposos y padres no sólo da grandes satisfacciones, junto a indiscutibles disgustos, sino que es un camino apasionante de maduración y verdadera realización. …”
El Padre Trevijano concluye su artículo afirmando que “la presencia de los hijos y el vínculo que los liga a los padres, hace que también éstos crezcan en la capacidad de entrega.”