En relación a la decisión ¿Preparar las mamas para la lactancia? esta es una opinión de Heidi E. Murkoff
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Heidi E. Murkoff
- Escritora. Divulgadora sobre embarazo y recién nacidos
Esta es la opinión del experto
Todavía hoy existen muchas mujeres que se hacen esta pregunta. Según afirma Heidi murkoff los pezones de las mujeres están preparados y diseñados para la lactancia y, salvo determinados casos, pueden desarrollar perfectamente esta función sin necesidad de una preparación previa.
Tal y como explica Murkoff, autora del libro “¿Qué se puede esperar el primer año?”, los pezones no sólo están diseñados para la lactancia sino que en algunos casos ciertas recomendaciones para fortalecer o preparar los pezones para tal fin pueden resultar contraproducentes.
Por ejemplo, aplicar alcohol o soluciones de hamamelis puede secar los pezones y hacerlos aún más duros y más propensos a agrietarse. Lo mismo ocurre cuando se utiliza un cepillo. También el jabón puede ser perjudicial. Por ello, se recomienda que por lo menos durante el último trimestre del embarazo y durante el período de lactancia los pezones no entren en contacto directo con el jabón.
Hay mujeres que utilizan el sacaleches para preparar los pezones para la llegada del bebé, lo que también es un error que puede llevar, incluso, a provocar contracciones o causar una infección en las mamas.
Aunque la mayoría de pezones no necesitan prepararse para la lactancia, tal y como explica la experta es bueno realizar un examen médico para determinar si existen características anatómicas (como los pezones invertidos o un desarrollo insuficiente del tejido mamario) que puedan llegar a causar problemas.
Muchas investigaciones determinan que los pezones invertidos (los que se meten para dentro en vez de sobresalir, por ejemplo cuando se tiene frío), funcionan tan bien como los demás. Sin embargo, algunos médicos siguen recomendando en estos casos el uso de capuchones de plástico, que hacen que los pezones sobresalgan sin causar dolor.
Tal y como afirma la autora del libro, “es más importante preparar la cabeza para la lactancia que los pechos”. Es importante también informarse, asistir a clases prenatales, leer libros sobre el tema, intercambiar opiniones y pedir consejos a las amigas que hayan dado el pecho a sus hijos; incluso, puede ser interesante recurrir a un asesor de lactancia.
