En relación a la decisión ¿Pensar que las tecnologías sociales están cambiando las relaciones humanas? esta es una opinión de Sherry Turkle

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Esta es la opinión del experto

La experta opina que la avalancha constante de mensajes en nuestros dispositivos electrónicos puede generarnos problemas. Pese a su admiración por la tecnología, advierte que esta quizá perjudique nuestras relaciones.

Sherry Turkle ha estudiado en profundidad las tecnologías de comunicación por móvil y ha llegado a la conclusión de que estos pequeños dispositivos tienen un poder psicológico enorme: cambian lo que hacemos y hasta quienes somos.
 
Lo que es innegable es que hemos empezado a hacer cosas raras. Por ejemplo, mandamos mensajes electrónicos en medio de reuniones de empresa, entramos a Facebook durante una clase o en medio de una presentación, se consulta Twitter mientras nos entrevistan…
 
Según la psicóloga: “Queremos estar juntos, pero sin estar juntos”. Reunirse con otra gente, pero a su vez seguir en otro lugar. En las comidas familiares nadie escucha al otro y hasta en los funerales se escapa del duelo para mirar el teléfono.
 
Turkle destaca la importancia de este fenómeno, porque influye de manera decisiva en nuestras relaciones con los demás y también con nosotros mismos. “El autoanálisis es una capacidad clave en el hombre”, insiste Turkle. Esta nueva forma de ‘estar en el mundo’ ha sido bautizada por la autora como “Alone together” que, a su vez, da título a uno de sus libros (2012).
 
Por un lado se detecta una tendencia a esconderse de los demás (no quiero que me fastidien, interrumpan, molesten, incordien…) y por otro la necesidad de controlar, en todo momento, dónde se tiene puesta la atención:
 
“La gente quiere saber constantemente lo que hacen los demás, pero solo si los pueden mantener alejados… de este modo conservan el control”, dice Sherry Turkle.
 
Para los adolescentes esto puede ser un problema, porque necesitan desarrollar relaciones ‘cara a cara’. Muchos jóvenes han perdido la capacidad de conversar con los demás que, considera la psicóloga, es la base para aprender a hablar con uno mismo.
 
La gente se está empezando a acostumbrar a tener conversaciones reales muy decepcionantes y, poco a poco, parecen que van camino de llegar prescindir de todo el mundo.
 
En nuestra relación con la tecnología, dice Turkle, se esconde una verdad dolorosa: “La sensación de que nadie nos escucha”.
 
Las redes sociales son algo así como ‘oyentes automáticos’. Nos hacen sentirnos acompañados y “fingen empatía como si fuera la realidad”. Hoy en día se espera mucho de la tecnología y poco de las demás personas. Por un lado estamos solos, pero por otro tenemos pánico a la intimidad. Es algo así como la ilusión de compañía sin tener que pasar por las exigencias que acompañan a una amistad.
 
Turkle resume así las tres fantasías que vemos cubiertas gracias a la tecnología: podemos tener la atención en mil sitios a la vez, la sensación de que se nos escucha siempre y la confianza de que nunca estaremos solos.
 
Todo esto está cambiando nuestra psicología y Turkle lanza la siguiente advertencia: “La tecnología nos debe servir para reflexionar sobre nuestros valores y el camino que queremos tomar”.
 
Es importante ser consientes de la vulnerabilidad del hombre y tener mucho cuidado con las soluciones mágicas que prometen sustituir relaciones complicadas por otra cosa simple e inmediata.
 
Turkle cree que las ‘fantasías de sustitución’ tienen un coste sobre las vidas reales, los cuerpos, las comunidades, la política y el Planeta. La tecnología puede ser engañosa, porque siempre se muestra esperanzadora, optimista, joven… :
 
“Percibo la necesidad de hacer un uso de la tecnología que logre una vida que podamos amar.”
 
 
 
 
 
 
 
 

Comentarios
Imagen de José Luis Ramos Salinas
Lunes, 30 de Diciembre de 2013 a las 6:43

La soledad contemporánea, como todo en la sociedad posmoderna, se viste de su antónimo, es decir de acompañamiento. Un spot televisivo de Telefónica es bastante ilustrativo, en él se muestra a un joven que para estar conectado con todos, se esconde de todos. Si la vida virtual va a enriquecer nuestra vida real entonces no hay de qué temer, pero si el efecto es volver trivial lo profundo, entonces no ha llegado el momento de presionar off, pero sí de hackear las tecnologías y convertirlas en herramientas para "una vida que podamos amar". Como en Matrix, no se trata de desconectar el mainfraim sino de re programarlo.

Imagen de Juan Malpartida
Martes, 07 de Enero de 2014 a las 11:58

Sin duda toda nueva tecnología, así sea mínima, supone una cierta influencia en el pensamiento y en los sentimientos. Es seer humano es esencialmente tecnologógico. Y respecto a toda novedad tecnológica, y más aún si se trata de las relacionadas con la comunicación, siempre pensamos en los pros y los contra. ¿Cuáles son los peligros? La invención del coche, por ejemplo, cambió nuestra percepción de la velocidad. Nunca antes nos habíamos movido tan rápido... Junto a esto, tenemos un mundo altamente contaminado debido a la combustión de la gasolina, además de una enorme ocupación del espacio por los automóviles. Las nuevas comunicaciones (sms, twitter) han incidido en una forma "plana", corta, rápida, que sin duda ha obenido un éxito grande, especialmente entre los jóvenes. Uno de los riesgos que plantea la psicóloga Sherry Turkle, es el del simulacro de la comunicación en la medida en que la cortedad (unida a la velocidad) anula o disminuye la comunicación matizada y amplia, en defenitiva: la narratividad. La comunicación afectiva (gritos vocálicos, por ejemplo), está en la base comunicacional de los primates, y no necesita tener interlocutor: se emite para generar alarma o una llamada, de manera indiscriminada. La gestual, como ha estudiado a fondo el psicobiólogo y primatólogo Tomasello, presente en los grandes primates y en los orígenes del habla del homo sapiens, requiere necesariamente la presencia del otro, la socialidad y la observación de la intencionalidad. Sigo.

Imagen de Juan Malpartida
Martes, 07 de Enero de 2014 a las 12:12

Sigo el texto anterior: Dicha gestualidad, de carácter natural y con una referencialidad inmediata, es la que, al parecer, ha permitido el desarrollo del habla (tesis de Tomasello), y supone la conciencia de la intencionalidad y la narratividad. En alguna medida, quizás no sea muy atrevido pensar que hay algo de comunicación primitiva en esos pequeños mensajes, como lo hay en el lenguaje de "tacos". Algo punzante y restringido, lanzado a alguien que tiene muchas posibilidades de ser nadie. A su vez, el emisor se reduce a una percepción de sí mismo o del mundo apenas narrativa y matizada, fácilmente intercambiable por cuaquier otro sms y, sobre todo, twitter. Es una comunicación que indica sobre todo una situación o un estado definido (he salido, entro, llego, estoy bien, estoy mal, etcétera), sin duda eficaz para algunos aspectos, pero que no hay que confundir, como acertadamente piensa Turkle, con una comunicación mayor, que devuelva la persona a las palabras. Hay algo de sacrificio de la complejidad, del tiempo y de lo narrativo, y hay alertar sobre ello con la crítica y privilegiando modos de encuentros físicos que supongan una percepción y concepción del tiempo integradoras. El riesgo de estas, por otro lado, estupendas tecnologías de las que hablamos, es la abstracción y la pérdida del cuerpo.

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