En relación a la decisión ¿Tener internet en el móvil para facilitarme la vida? esta es una opinión de Miguel Clemente

No
Imagen de Miguel Clemente
0 votos

Esta es la opinión del experto

Clemente asegura que las nuevas generaciones corren un alto riesgo de ser adictos a internet, ante el abuso en la utilización de las redes sociales y de las tecnologías que disponen.

“Los chavales abusan de las redes sociales de tal manera que prácticamente no pueden comunicarse sin ellas. Les resulta económicamente más rentable porque gracias a los foros y muros de las redes sociales y a aplicaciones de mensajería como WhatsApp (programa que permite enviar mensajes gratuitos entre los usuarios de esta aplicación), pueden estar comunicados constantemente sin necesidad de gastar en llamadas telefónicas”, recalca. 
 
Agrega que “al ser un instrumento que está incluido en una tasa mensual, los menores están todo el día conectados y lo malo es que ese tipo de conexión es imposible de controlar por los padres porque, por ejemplo, el niño está en su habitación, recibe un mensaje a las doce de la noche, lo contesta, vuelve a recibir otro... Los padres pueden vigilar que un televisor o un ordenador esté apagado, pero no pueden vigilar que efectivamente no esté apagado el teléfono, o al menos no suelen hacerlo. Esto está provocando que los menores gasten prácticamente todo el tiempo que pasan con sus padres o con unos amigos, en hablar con otros. Es un problema serio”. 
 
Según dice, para los padres es necesario que sus hijos tengan teléfono móvil, porque quieren controlarlos. “Entonces, lo que hace el hijo es escoger el modelo. Los adolescentes quieren un teléfono que tenga internet o wifi y, por tanto, descargarse el WhatsApp. Mediante el pretexto de que los padres controlan a sus hijos con el móvil, estos añaden el otro elemento, es una especie de venganza. Es raro encontrar un niño que no tenga este tipo de instrumento”, asegura. 
 
Los problemas que pueden tener los adolescentes es que “el rendimiento escolar baja, porque los menores no se desconectan cuando están estudiando. Los jóvenes están siempre recibiendo y respondiendo mensajes, lo que hace que la concentración baje y que, por tanto, el nivel de estudio sea menor. En lugar de estudiar, están respondiendo mensajes”. 
Además, agrega, “el tiempo de interacciones reales disminuye, porque pueden tener estas interacciones sin ver a los demás. A veces salen menos de las casas, pero sin embargo no están con la familia, sino respondiendo mensajes sistemáticamente”. 
 
Destaca que “la única solución a todo esto es poner un tope en una edad para poder acceder a estos servicios. Yo lo dejaría en manos de los propios jóvenes, diciéndoles que cuando sean mayores de edad podrán contratar una línea de prepago y conectarse a internet o a lo que quieran. También recomiendo siempre que los padres adviertan de que repetir curso implica retrasar también un año la mayoría de edad. Es una forma de buscar una especie de control para evitar que se produzca un fracaso escolar. Que ellos asuman que si el rendimiento escolar baja, su mayoría de edad llegará más tarde”.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×