La historia sirve para aprender de los hechos pasados con vistas a no repetirlos. Si mi familia dañó a otros en el pasado, yo no soy culpable, pero sí puedo aceptar que la historia fue así: es el primer paso para la reconciliación.
Negar la historia, aunque sea difícil aceptar unos hechos dolorosos, impide el camino de la convivencia entre antiguos enemigos. Los hijos ya no somos culpables ni víctimas y en nuestras manos está que se pueda alcanzar la paz, la reconciliación y el entendimiento entre antiguos enemigos.
Opiniones argumentadas
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