Casi todos los Estados del mundo, especialmente en Europa, contienen más de una nación o expresión nacional: son territorios plurinacionales. La convivencia entre las diferentes sensibilidades depende mucho del respeto mutuo y aceptación entre las distintas expresiones nacionales.
La tolerancia es el mínimo exigible para la convivencia, porque ya supone reconocer que no hay una sola expresión nacional, sino varias. Aceptarlas es dar un paso más, porque las pone a todas al mismo nivel. Sin embargo, la tensión centralizadora de muchos Estados a lo largo de la historia y tras la creación de los Estados-nación hizo que los Estados se construyesen en torno a una nacionalidad o nación y en detrimento de otras.
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