La principal consecuencia económica de la pérdida de nuestro empleo es la desaparición de ingresos mensuales. Por ello, debemos reorganizar nuestros gastos fijos mensuales para adaptarnos a nuestra nueva situación. Existen seguramente varios gastos de los que podemos prescindir; podemos cambiar de supermercado, variar el tipo de consumo y equilibrar de otro modo actividades de ocio menos dispendiosas. El período de desempleo nos obliga a una vida más austera, que deberíamos pensar bien para hacerla sostenible.
El desempleo nos obliga a una serie de cambios económicos decisivos para poder mantener nuestro estándar de vida durante su duración. Por ello, es recomendable estudiar a fondo nuestros gastos fijos mensuales y decidir de cuáles es posible prescindir y en cuáles se puede ahorrar para determinar qué podemos hacer para ajustarlos a la nueva situación económica. Durante ese estudio deberemos tener muy en cuenta que nuestra gestión económica durante el desempleo influirá de forma determinante en nuestra actitud, estado de ánimo y relaciones con nuestro entorno.
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La falta de previsión provoca un estado de desorientación que entorpece nuestra agilidad para reaccionar ante esta situación. Desconocimiento del presupuesto mensual por falta de necesidad de atenderlo de forma rutinaria. Desconocimiento de procedimientos para obtener ahorros en gastos fijos. Falta de jerarquización en nuestros gastos fijos mensuales.
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La necesidad de ajustar nuestro presupuesto de gastos fijos mensuales nos brinda la oportunidad de realizar un examen detallado de los mismos e introducir medidas de ahorro que iremos mejorando según se desarrollen las circunstancias. Detectaremos gasto superfluos que podremos eliminar y otros necesarios que podremos mitigar. Seremos más conscientes de nuestra realidad económica y de nuestras posibilidades de mantenerla durante la duración del desempleo.
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Analizar de forma exhaustiva nuestro presupuesto de gastos mensuales. Priorizar dichos gastos planteando la posibilidad de eliminar algunos y ahorrar en otros. Jerarquizar nuestros gastos en función a su grado de necesidad. Buscar alternativas que nos permitan ahorrar en los gastos necesarios. Tener en cuenta las experiencias de otras personas que hayan pasado por la toma de esta misma decisión.
Germán Antelo Solozábal 