¿Avalar el crédito de un amigo?

Avalar es hacerse responsable respecto de la forma de actuar de un tercero. El avalista por tanto se hace responsable frente al banco de la deuda y se compromete a pagarla en el caso de que el deudor no pueda hacer frente a ella. La situación se complica cuando quien necesita el aval es un amigo.

Cuando uno dispone de un buen trabajo, una buena nómina o es titular de inmuebles, no tiene dificultades para obtener un préstamo. En caso contrario, que acostumbra a ser lo más habitual, es muy común que la entidad financiera solicite un aval para complementar la solvencia financiera (la capacidad para hacer frente a la deuda) de la persona que solicita la financiación.
 
Existen pues, tres figuras que forman parte de la operación de aval: la entidad financiera (el que presta el dinero), el deudor (la persona a la que le prestan el dinero) y el avalista (el que se hace responsable de la deuda junto con el deudor)
 
El avalista por tanto se hace responsable frente al banco de la deuda y se compromete a pagarla en el caso de que el deudor no pueda hacer frente a ella.
 
Para que la entidad financiera pueda emitir esta aval bancario, en muchas ocasiones el banco solicita a la persona que quiere arrendar el inmueble que busque a un familiar o un amigo que lo avale, para que llegado el caso en que esta no pueda hacer frente al pago de esas rentas que están garantizadas en el aval bancario, el avalista se haga responsable de dicha deuda.Uno de los momentos más difíciles que ponen a prueba las relaciones de amistad es cuando un amigo nos pide dinero o nos ruega que le avalemos ante una entidad financiera para conseguir un crédito, una hipoteca o para poder firmar un contrato de alquiler.

Frenos habituales
Consecuencias importantes
Cómo llevarlo a cabo
  • Se ha de tener en cuenta que no todas las personas actúan de la misma manera ante una decisión. Por ejemplo, para una persona puede ser más fácil acoger en su casa a alguien que tiene problemas de vivienda, que avalarla para que pueda tener una vivienda en alquiler. Sin embargo otra avalaría sin problemas, para poder comprar su intimidad.
     
    Otro freno puede ser la diferente percepción que tienen las personas respecto a lo que es necesario o innecesario. Lo que para uno es necesario para otra pude ser absolutamente superfluo y por consiguiente puede considerar absurdo prestar un aval.
     
    La solicitud de un aval a un amigo pone a prueba el nivel de madurez de la amistad. Asimismo, debe tener en cuenta la diferente aversión al riesgo de las personas, su nivel de responsabilidad, los diferentes estados vitales personales, sus experiencias anteriores y otros muchos aspectos que afectan de forma diferente a la forma de obrar.

  • Si el deudor paga su deuda no habrá ninguna consecuencia para el avalador más que la satisfacción de haber ayudado a un amigo.
     
    En el caso de que el deudor no haga frente a la deuda, el avalista deberá hacer frente a la misma o en su caso, la entidad financiera podrá reclamar ante los tribunales el pago de la deuda de la misma manera que lo haría frente al deudor.
     
    En el caso de que finalmente tenga que hacer frente al aval, el avalista podrá posteriormente ir contra el deudor ante los tribunales para recuperar dicha deuda. Sin embargo la experiencia es que difícilmente se obtiene resultado, pues este procedimiento ya lo ha realizado previamente la entidad financiera sin éxito.
     
    Por consiguiente el avalista debe ser consciente en el momento de firmar el aval, que está asumiendo como propia la deuda que está avalando. Con todas las consecuencias que ello podrá comportarle a partir de este momento y en especial de cara al futuro.
     
    Podríamos decir que a partir del momento en que se firma un aval, el avalista ha de planificar su economía teniendo en cuenta que algún día podría ser reclamado por la deuda avalada y tener la obligación de hacer frente a la misma.
     
    El no aceptar ser avalista de un amigo, hace presuponer que no confías en su nivel de responsabilidad o en su capacidad para cumplir su palabra. Este hecho puede afectar sustancialmente a la relación de amistad y la puede llega ra a poner en crisis.

  • Un tema muy importante es la vigencia del aval. Cuanto más corto es el período de tiempo que se presta el aval, más fácil es planificar las condiciones financieras tanto del deudor como del propio avalista respecto a las posibilidades de hacer frente a la deuda. Es decir, a corto plazo, conocemos las condiciones de trabajo y patrimonio actuales de ambas partes y podemos prever con cierta exactitud las posibilidades de cumplir con los compromisos financieros.
     
    Mucho más difícil es prever las condiciones tanto del deudor como del avalista en avales sobre hipotecas que comportan como avalista la responsabilidad sobre los compromisos en un período de 25 años o más. Nadie es capaz de realizar estas previsiones y por consiguiente, existe un grado de incertidumbre muy elevado sobre el buen fin del aval.

1 opinión argumentada

Opina

67%
33%
3 opiniones
En ocasiones tratamos temas delicados con los que no deseamos que nos relacionen. Por ello tienes la posibilidad de participar de forma anónima, aunque las personas somos proclives a aconsejar mejor cuanto más conocemos a la persona que nos está pidiendo ayuda. Con las experiencias ocurre algo similar. Si quieres puedes compartir tu experiencia desde el anonimato, pero las personas tendemos a aprovechar más una experiencia cuanto mejor conozcamos a la persona que la ha tenido.
Por otra parte, el equipo de Dontknow sí puede identificar tus aportaciones con tu perfil, por eso te pedimos que mantengas el respeto a otros usuarios en este tipo de aportaciones como en otras que realices en Dontknow, y por nuestra parte nos comprometemos a respetar escrupulosamente tu privacidad. Nos reservamos el derecho de retirar las publicaciones que no están sujetas a la política general.

Gracias por tu opinión. ¿Quieres argumentarla?

×
×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×