Servir de aval siempre supone un riesgo y avalar a un hijo es una decisión a la que muchos padres se ven enfrentados cuando algún hijo decide comprar un coche o un piso o iniciar una empresa, entre otros proyectos. ¿Hay que arriesgarse por el hecho de tratarse de un hijo? O ¿es mejor no correr ningún riesgo?
Opiniones argumentadas
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