A veces la sensación de orgullo nacional o local de pertenecer a un pueblo con una fuerte identidad de grupo hace que olvidemos que nadie eligió el lugar ni las circunstancias de su nacimiento. Nadie tiene más o menos mérito que otro por ser originario de un lugar u otro. Este hecho no debería ser una condena para nadie.
Tal vez sea necesario tomar conciencia de ello para mejorar la convivencia en el mundo y contribuir a los procesos de paz en las zonas en conflicto de la Tierra.
Todo el mundo sabe que nadie puede elegir su lugar de nacimiento, pero a la hora de tratar a los demás olvidamos este detalle y establecemos diferencias notables de trato según la raza, religión o nacionalidad.
3 opiniones argumentadas
Sí
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Leticia Soberón
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Psicóloga
Es una cuestión superficial pero importante. Es frecuente encontrar a personas que le dan a este hecho gran importancia; algo así como si fuera mérito propio el lugar donde nació y a veces da lugar a pugnas y rivalidades absurdas, ya que el lugar de nacimiento suele ser cuestión del azar. VER VIDEO
Experto
Sí
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Jorge Ubeda
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Doctor en Filosofía
Comprenderlo nos puede llevar a darnos cuenta de que estamos vinculados a unas características lingüísticas y culturales que condicionan nuestro modo de estar en el mundo y de relacionarnos con los otros.
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Experto
Sí
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Jordi Cussó Porredón
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Presidente de la Fundación Carta de la Paz dirigida a la ONU
Si existo puedo amar, ser amado, amigo, hijo, esposo, catalán, español, chino… ¿Y, qué hicimos para existir? Nada, nos fue dado a todos gratuitamente. Este don nos iguala a todos los seres humanos, a todos nos ha sido dado, nadie pidió ser, existir. Ignorar esto es un obstáculo a la paz.
Experto
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