En el mercado audiovisual hay dos tipos de televisiones: las públicas y las privadas. Las primeras dependen del Estado, que las dirige y administra, mientras las segundas son un modelo de negocio particular creado para generar beneficios.
Pensar que la televisión pública sea manipulada, por el partido o ideología política del gobierno de turno, no es algo descabellado. Al fin y al cabo, llevan la gestión de la entidad, aunque lo ideal es que no sea tendenciosa, precisamente por ser pública y, por tanto, plural y de/para todos los ciudadanos, ideologías y opniones.
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Opiniones argumentadas
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