Hay dos maneras de entender el Estado: como una imposición que nos obliga y a la que debemos obedecer, o bien como la puesta en común de los intereses de toda la sociedad.
La organización política de los pueblos, además, ha ido evolucionando con los siglos. El Estado-Nación seguramente no será la última fórmula del mundo y podría cambiar, como muchos piden.
La globalización, el poder de los mercados financieros y el déficit de representación democrática que perciben los ciudadanos han mermado mucho el papel de los Estados. Sin embargo, siguen siendo hoy día los principales actores políticos en la arena internacional y los ciudadanos tienden a identificarse con su propio Estado Nación.
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Muchas personas identifican su identidad nacional con el Estado al que pertenecen. Así es como surgió el Estado-nación que hoy pervive. Defender el Estado es defender el interés de toda la nación. Pero un cierto tipo de nacionalismo estatal dificulta las relaciones internacionales en un mundo marcado por la globalización.
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Defender al Estado supone aceptar sus beneficios y sus déficits, pero hay que tener en cuenta que hay diferentes maneras de entender cómo debe ser el Estado.
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Antes de nada, hay que tener claro qué modelo de Estado se quiere. Hoy día no se plantea la opción de que no existan, en general, pero sí su reformulación.
8 opiniones argumentadas
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Alfons Banda Tarradellas - Docente y Químico
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Arcadi Oliveres - Economista
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Pere Ortega
- Licenciado en historia
