
La robótica está en nuestro entorno, muchas tareas corren a cargo de entes de mecánica artificial. Pero, aun facilitándonos la vida, no dejan de ser máquinas sin la capacidad de raciocinio de un ser humano.
Por eso, en una empresa se puedan delegar funciones en los robots -la toma de decisiones sencillas-, pero hay que ser conscientes de sus limitaciones: son incapaces aún -puede cambiar en un futuro con los avances tecnológicos- de resolver asuntos en el sentido más abstracto.