A la mayoría de los niños y niñas les encanta dormir con sus padres. Se sienten seguros, les parece divertido poder hablar con ellos hasta más tarde.... Pero los mayores se preguntan si es conveniente que sus hijos pequeños duerman en la misma cama que ellos. Primero, porque resulta más difícil que luego se acostumbren a dormir solos, y luego porque la intimidad de la pareja se rompe, a veces por largos años. Esa práctica se denomina colecho.
La posibilidad de dormir con los niños pequeños se plantea con frecuencia. Algunos pediatras proponen al menos una serie de condiciones, habituales también si el niño duerme solo, como no dormir cabeza abajo y que la habitación reúna las condiciones necesarias de seguridad e higiene. Además, los especialistas señalan que deben darse también una serie de condiciones como, por ejemplo, que el colchón sea apropiado para que el niño no quede atrapado, no deben existir lazos ni cintas en las sábanas que pudieran rodear al bebé, existen otras soluciones como disponer una cuna adosada a la cama familiar, en cualquier caso los padres no debieran ser fumadores ni permitir fumar en la habitación, etc.
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Exiten opiniones muy opuestas entre los especialistas sobre las ventajas e incovenientes de esta práctica.
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Los defensores del colecho resaltan las ventajas, como que facilita el amamantamiento y genera confianza y protección al bebé. Los detractores opinan que se trata de un hábito perjudicial porque existe riesgo de aplastar al bebé y asfixiarlo, y puede generar problemas de sueño tanto a los padres como a los hijos.
4 opiniones argumentadas
- Richard Ferber
- Pediatra. Experto en trastornos del sueño.
- Franc Tangerino
- Nada, no es importante. Soy Español