
Cuando buscamos explicaciones sobre temas importantes -como la conducta humana, por ejemplo- es fácil encontrar algunas que simplifican demasiado. Los temas complejos tienen muchos elementos y no pueden explicarse con sólo uno o dos de ellos. A eso llamamos reduccionismos.
Los reduccionismos dan la sensación de que nos han explicado las cosas, pero no es así y nos pueden conducir a errores. Por eso, y sobre todo en lo referente al ser humano, podemos plantearnos estar alerta frente a explicaciones reduccionistas.
3 opiniones argumentadas
Sí

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Jorge Ubeda
- Doctor en Filosofía
Aunque, en principio, todo ser humano necesita reducir la complejidad para simplificar su vida, el problema surge cuando nos dejamos llevar por el reduccionismo y tomamos “la parte por el todo”. Dos ejemplos claros de ese reduccionismo “negativo”, son los estereotipos y los prejuicios. VER VIDEO.
Experto
Sí

-
Leticia Soberón
- Doctora en comunicación social - redes
El reduccionismo de un proceso complejo puede resultar engañoso. Debemos ser conscientes de que existen ciertos comportamientos complejos que las “recetas sencillas” no pueden explicar. Simplificar lo complejo es un truco mental que nos ayuda, pero que no deja ser solo eso: un truco. VER VIDEO.
Experto
Sí

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Enrique Baca Baldomero
- Catedrático de Psiquiatría
Muchas veces la vulgarización de los conocimientos neurocientíficos hace que se deslice, a veces en autores muy serios, una dosis de este reduccionismo que es abusivo, en la cual se identifican los mecanismos de los órganos más básicos con los de los más complejos. VER VIDEO
Experto