La corrupción nace de un mal uso del poder para conseguir ciertas ventajas privadas, consideradas ilegítimas y, por tanto, ajenas al bien común. Aunque parece obvio que es algo que debería denunciarse, en algunos casos el miedo a las consecuencias puede representar un freno para ello.
El modo usual es que los medios de comunicación, y también los ciudadanos, denuncian los casos de corrupción. Pero éstos no como individuos aislados, sino organizados en cuerpos sociales que con datos fiables, exponen a la luz pública aquéllo que va en detrimento de la democracia.
Ventajas: participación ciudadana en la lucha contra la corrupción, control ciudadano del ejercicio de la función pública.
Desventajas: que haya un número excesivo de denuncias.
Fomentar la denuncia ciudadana es un método efectivo para luchar contra la corrupción. Que además de los propios funcionarios, sean los ciudadanos quienes denuncien estas conductas y reclamen la rendición de cuentas de quienes ejercen el poder. El problema es que muchas veces existe un miedo a denunciar contra estas personas, que muchas veces son poderosas, por temor a las posibles represalias. Una opción, aunque menos efectiva, es denunciar de forma anónima o incluso recurrir a plataformas o asociaciones de ciudadanos para denunciar a través de ellas.