Algunos viven con poco optimismo el presente y el futuro de la Iglesia Católica en los países desarrollados. En ellos el desarrollo de la ciencia y la razón tienden a debilitar la fe de las personas en su religión.
Existen dos posibilidades: pensar que el seguimiento de la Iglesia en la actualidad está en un progresivo declive difícil de remontar, o por el contrario, que aunque ésta se encuentre en un momento difícil, existen suficientes razones y esperanzas para creer en su buena marcha y seguimiento de sus fieles.
El ateísmo y agnosticismo crecen con fuerza en los últimos tiempos, por lo que el seguimiento de las religiones en occidente está en declive. Esto, en parte, se debe a que nos encontramos en una parte del mundo muy desarrollada y liberal en la que se fomenta la investigación científica, la razón, el pensamiento libre.
Aunque sigue habiendo millones de fieles católicos en occidente, no suele haber una visión optimista de la Iglesia. Se puede pensar que no hay un relevo generacional suficiente en la fe.