La experiencia de la culpabilidad podría surgir si una persona cree que debe cumplir unos preceptos religiosos y no lo hace. Pero el sentimiento de culpa provoca malestar, inmovilidad, y no siempre tiene una salida.
La duda es si esta reacción tiene sentido, o más bien vale la pena cuestionarse por qué no se cumple lo que se cree.
Muchas personas viven con constantes sentimientos de culpa por no llegar a ser como sienten que deberían, y por incumplir preceptos que consideran sagrados. La vivencia de estar en pecado o fuera de la benevolencia divina puede deteriorar mucho el clima interior de la persona, que no siempre acierta a salir de ese estado de abatimiento.
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