Nuestro día a día, el mundo del trabajo, la familia, mientras hacemos deporte o arreglamos una lámpara de casa, parece muy alejado de toda experiencia erótica.
Lo que aquí se plantea es si la realidad erótica es un mundo apartado de lo cotidiano, o es algo mucho más cercano a nuestra vivencia diaria, que depende sólo de cómo miramos lo que hay a nuestro alrededor.
Hay personas que pasan gran parte del día fuera del mundo erótico y otras que dicen no salir de él casi en ningún momento; si no en la acción, al menos en el pensamiento. Sean distintas realidades o una misma con diferentes caras, lo que está claro es que el salto de una a otra se produce en milésimas de segundo.