En relación a la decisión ¿Ceder mis obras para la libre disposición de otras personas en Internet? esta es una opinión de Tom Chatfield

Imagen de Tom Chatfield

Esta es la opinión del experto

El experto destaca que algunas entidades del movimiento de cultura libre ha podido garantizar que no se mal utilicen los contenidos que se ceden a internet.

El hecho de simplemente poner algún contenido a libre disposición para el uso de otras personas o para la realización de otros contenidos, para el autor no es garantía de que esta libertad continúe existiendo. A su juicio, alguien más puede intentar aprovecharse de los contenidos vendiendo una copia o modificándolo ligeramente y declarando ese nuevo producto como creación propia.
 
El movimiento por la libre disposición de programas y contenido es un intento formal de evitar este tipo de utilización, puntualiza Chatfield. Con este fin, este movimiento hace un uso selectivo de la legislación de los derechos de autoría cediendo productos bajo varias licencias distintas. Esto legalmente limita las maneras de cómo pueden usarse a posteriori de su liberación en Internet.
 
Normalmente estas licencias declaran explícitamente que todas las copias futuras, versiones modificadas o trabajos derivados han de ser también puestos a la libre disposición y cedidos bajo las mismas condiciones de autorización. Esto significa que se pueden emprender acciones legales contra cualquiera que intente sacar provecho de un trabajo cedido bajo licencia gratuita, forzándolos ya sea a destruir su propia versión o a cederla públicamente bajo licencia gratuita.
 
“Programas libres” es un movimiento en el sentido más flexible de la palabra, y abarca una amplia gama de permisos y enfoques, además de ofrecer distintos niveles de protección y de representar puntos de vista sobre lo que puede ser un tema polémico de debate digital.
 
“La obras genuinamente libres son libres para siempre y bajo cualquier forma” recuerda el experto que es la lógica que está detrás de estos movimientos de cultura libre.
 
Describe también, que existen varias formas de licencia digital gratuita como “Copyleft” o la organización “Creative Commons” que es muy utilizada en conexión con productos digitales de cualquier tipo, desde fotos hasta palabras escritas. Todas sus licencias permiten el derecho básico de la copia y distribución gratuita pero con cuatro calificaciones. Una licencia de “atribución” estipula que una obra puede mostrarse, copiarse, modificarse y distribuirse siempre y cuando se mencione a su creador. Una licencia “no comercial” añade la restricción de que una obra solo puede utilizarse sin afán de lucro, mientras que una licencia de “obra no derivativa” estipula que esta obra solo se puede reproducir de manera exacta y no modificarse en manera alguna. Finalmente, la licencia “compartir igual” insiste en que la obra solo se puede reproducir con una licencia idéntica asociada a ella.
 
Finalmente, el experto puntualiza que la cesión de programas generalmente está gestionada mejor por el movimiento de “copyleft”.

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