En relación a la decisión ¿Comprar productos de comercio justo? esta es una opinión de Christian Jacquiau
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Christian Jacquiau
- Economista y escritor
Esta es la opinión del experto
El economista indica que no es seguro que los productos de comercio justo hayan sido producidos bajo las normativas exigidas debido a la falta de rigurosidad en los procesos de control, al mismo tiempo que cuestiona a Max Havelaar, uno de los creadores del comercio justo.
El comercio justo consiste en ofertar en los países occidentales artículos fabricados en el tercer mundo conforme a normas sociales y ambientales estrictas. El consumidor acepta pagar más caro por un café o zumo de frutas, con la intención de ayudar a los productores de países desfavorecidos del Sur, pero esto no es siempre así. Según Christian Jacquiau, no todos los productos vendidos con el sello de comercio justo realmente deberían caer en esta categoría, debido a los deficientes controles entre los productores. Por ejemplo, "una barra de chocolate, fabricada con cacao de comercio justo, contiene también otros ingredientes como azúcar, leche o avellanas que, a su vez, no han sido producidos con las normativas de comercio justo. En estos casos, no se puede hablar de un producto de comercio justo, pero se comercializa como si lo fuese.
El economista critica al padre del concepto de comercio justo, Max Havelaar, quien asegura haber distribuido 50 millones de euros entre los pequeños productores, y al mismo tiempo, trabajar con un millón de productores. "El sueño se desmorona. Cada uno sólo recibió 50 euros suplementarios por año, es decir, 4 euros por mes", señala Jacquiau. Por otra parte, el autor denuncia que no es para nada seguro que los pequeños productores salgan beneficiados con el comercio justo, ¿Quién da cuenta de eso?, se pregunta. De hecho, “sólo hay 54 inspectores en el mundo entero que trabajan en forma de 'free-lance' y a tiempo parcial en los ámbitos de la certificación y el control de un millón de pequeños productores.
Este control no se hace en el terreno, sino en una oficina o habitación de hotel, e incluso por fax", puntualiza el economista. No hay un control real de quienes son los beneficiarios del comercio justo, podría ser hasta una multinacional, y no lo sabríamos.
