Comprar en tiendas de comercio justo puede ser solidaridad si las personas que elaboran los productos ganan, sin intermediarios, lo que realmente merece su esfuerzo de trabajo. Pero hay quien se pregunta si el comercio justo es una alternativa de compra real para todas las personas y si es realmente fiable.El comercio justo nace como una alternativa frente a las desigualdades comerciales entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, buscando promover una relación más justa entre productores y consumidores.
Tiene una serie de principios, entre los que destacan la libre iniciativa y trabajo; la formación de cooperativas democráticas; el rechazo a la explotación infantil; la igualdad de género; el respeto por los derechos humanos de los trabajadores; y el cuidado del medio ambiente, entre otros.
Algunos especialistas consideran el comercio justo como un tipo de subsidio que dificulta el crecimiento económico; como una falacia conceptual ya que toda transacción comercial es libre y por ende justa; y como un modelo que no ha generado un cambio real en el sistema comercial actual.
Otros especialistas, en tanto, consideran que el comercio justo establece relaciones comerciales éticas, respetuosas y solidarias entre los países, generando un impacto positivo para productores y consumidores.
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El desconocimiento de la filosofía que promueve el comercio justo, podría paralizar la compra solidaria de productos, por considerar que se está pagando un precio excesivo por un producto que habitualmente es de menor costo en otras tiendas; o por temor a que desaparezca la pequeña producción del propio país. Al ser un tipo de comercio poco conocido, es posible tener cierta desconfianza por el tipo de publicidad que utiliza, los destinatarios finales de los beneficios, o por la calidad de los productos.
Finalmente, la costumbre consumista de tener un fácil acceso a una gran gama de productos a través de grandes tiendas y a bajo costo, puede desalentar la búsqueda de productos de comercio justo, lo que podrá ir acompañado del desconocimiento respecto a la ubicación de las tiendas de este tipo de comercio. -
El consumo de productos de comercio justo puede permitir el desarrollo sustentable y sostenible en términos económicos, sociales y ambientales de las poblaciones productoras. Puede generar más respeto a la idiosincrasia de los pueblos productores, sus tradiciones, al mismo tiempo que incide en el respeto de los derechos humanos de los niños y mujeres. Puede generar una relación comercial más justa entre productos y consumidores, siendo una opción para “humanizar” el actual modelo económico. El no asumir el comercio justo puede beneficiar a la persona y al grupo familiar porque se pueden encontrar alternativas más baratas de compra en otros espacios comerciales. Puede ayudar a que el consumo se re-dirija hacia sectores deprimidos del propio grupo social, que redunda en un beneficio del propio país. No consumir comercio justo puede evitar que se considere una moda y se utilice este tipo de prácticas como estrategia de marketing.
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Buscar información respecto a cómo opera el sistema de comercio justo y sobre la economía solidaria. Saber a qué tipos de comunidades se quiere apoyar con la acción solidaria, e intentar vincular la compra de productos con las comunidades a las cuales se quiere cooperar. Identificar las tiendas de comercio justo de nuestro barrio, o bien, consultar las tiendas de comercio justo online y ver condiciones y precios. Valorar las posturas que existen en torno a la práctica del comercio justo, tanto las positivas como las negativas.
7 opiniones argumentadas
- Sílvia Catalán
- Colaboradora con varias ONG y consumidora habitual de estos productos
- Eduard Cantos Font
- Director de SETEM Cataluña
- Miguel Solana
- Profesor e investigador en el Departamento de Geografía UAB