En relación a la decisión ¿Comprar todo lo que va a necesitar el bebé antes de su llegada? esta es una opinión de Heidi E. Murkoff

No

• Heidi E. Murkoff
• Escritora. Divulgadora sobre embarazo y recién nacidos

Esta es la opinión del experto

Tras una larga espera y a algunas semanas del parto es el momento idóneo para empezar a comprar varias de las cosas que va a necesitar el bebé. Sin embargo, tal y como afirma Heidi Murkoff, autora del libro ¿Qué se puede esperar el primer año?, hay que hacer los deberes antes de salir a comprar, ya que es muy fácil caer en la tentación y acabar comprando ropa, juguetes y utensilios que el bebé no utilizará. Es bueno calcular sus necesidades mínimas y comprar en base a ellas ya que siempre hay tiempo de ampliarlas.
 
Según explica Murkoff existen unas directrices básicas que hay que seguir. En primer lugar, no comprar todos los componentes de la canastilla que recomiendan en las tiendas ya que cada bebé es distinto y, por lo tanto, tanto sus necesidades como las de sus padres también lo serán. Otra de las recomendaciones que hace la experta es calcular cuantas veces por semana se va a hacer la colada. Si se va a hacer casi a diario se puede comprar mucha menos ropa que si se hace una vez por semana. También hay que tener en cuenta las piezas que amigos o familiares puedan regalar, ya sea nueva o de sus hijos, que ya han crecido y no la necesitan. Durante los primeros meses los bebés suelen cambiarse unas dos o tres veces de ropa al día; a este ritmo toda la ropa que se puede heredar es buena. Hay que pensar también en qué época del año va a nacer el bebé. Si va a ser en mitad de una estación es mejor comprar sólo algunas piezas para el tiempo del momento y como mucho otras de tallas más grandes para prevenir. Siempre es mejor no adelantarse puesto que no se puede predecir el crecimiento del niño. En cualquier caso, siempre es importante tener presente que lo primero es la comodidad y la practicidad, y luego la moda. Hay que optar por ropa confeccionada con materiales suaves y de fácil cuidado, con botones de presión, que el bebé no se puede tragar, cuellos amplios y traseros con apertura práctica para cambiarlo con facilidad.
 
No hay que comprar tampoco, según Murkoff, artículos que el bebé no vaya a necesitar enseguida, como una trona o una sillita para la bañera, o juguetes para cuando sea un poco más mayor. Tampoco aquellos que puede que no acabe utilizando, como algún tipo de pijamas o ciertas toallas.