En relación a la decisión ¿Condicionar mi futuro por la historia? esta es una opinión de Jordi Cussó Porredón

No
Imagen de Jordi Cussó Porredón
0 votos

Esta es mi opinión de experto

Hoy en día ya nadie niega que es bueno y necesario conocer la historia. Pero debemos permanecer alerta para que nada pueda apartarnos del presente, de trabajar por el bien de los contemporáneos, procurando que el futuro no se nos escape de las manos.

A veces resulta más cómodo y fácil desviar la atención de la gente hacia la crítica y la maledicencia de los males del pasado, que llevarlos a ver los males presentes, discernirlos y actuar con todas nuestras fuerzas para corregirlos, o aún más, para preverlos y evitarlos. Es como si, criticando el pasado, no quisiéramos ver las monstruosidades modernas o contemporáneas. A muchos gobernantes les interesa mantener a la gente en esa ceguera del presente.
 
Esta práctica de distracción es puramente instrumental y tiene que ser lúcidamente criticada por los intelectuales. La historia no puede ser la tapadera de los problemas del presente, pero tampoco una arma arrojadiza para vengarse o buscar la complacencia del electorado. Ciertamente la Historia es maestra de vida y es necesaria para evitar que repitamos en el presente los errores de nuestros antepasados. Esconder o deformar la historia personal, grupal o mundial, es un grave obstáculo para construir una sociedad en paz. Es querer convertir la historia en un arma que lanzamos en forma de ofensa o de prejuicio contra los otros pueblos.
 
Con el paso del tiempo se convierte en demoledora para la convivencia entre los pueblos. Saber que sin esa historia los contemporáneos no existiríamos es quitarle la espoleta a esa arma histórica, y abrirnos al deseo de conocer todo lo bueno y malo que posibilitó nuestra existencia. Y desde este conocimiento, libres de culpa y rencor, empezar a trabajar en el presente para resarcir en la medida de lo posible las consecuencias de esos males que aún perduran en el presente. Hoy en día, ya nadie niega que es bueno y necesario conocer la historia. Pero no por eso, tenemos que dejar de precavernos sobre los abusos que de ella se puedan hacer.
 
Tzveran Todorov dice que estamos en una época en que los occidentales y más concretamente los europeos, parecemos obsesionados por el culto a la memoria. Señala que, aunque hay que procurar que el recuerdo se mantenga vivo, la sacralización de la memoria es algo discutible. Debemos permanecer alerta para que nada pueda apartarnos del presente y también para que el futuro no se nos escape de las manos. No podemos ser ingenuos, ni dejarnos cegar por falsas soberbias, por pseudoideologías o pseudoreligiones. Libres de resentimientos y prejuicios, debemos abrir los ojos ante la realidad y la historia que la hizo posible. Y viendo sin miedo las cosas tal y como son, aprender de lo que aconteció, sabiendo que la mejor manera de reconocer los errores éticos del pasado, es trabajar con ahínco por el bien de todos los presentes, de todos los contemporáneos que son el fruto de esa misma historia que posibilitó que nosotros también existiéramos. Procurar el bien de los que existen hoy, no constituye una licencia para la irresponsabilidad antes quienes nacerán, ya que precisamente, el principal bien que podemos legar a nuestros descendientes futuros es que, quienes existen en el presente sean personas armónicas que vivan en paz.
 
Así pues, buscar el bien integral de los presentes, velar y conservar el entorno ecológico, es la mejor manera de procurar el máximo bien para las futuras generaciones, sean quienes sean sus componentes.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×