En relación a la decisión ¿Creer que se nace con una identidad cultural definida? esta es una opinión de Amin Maalouf

No

• Amin Maalouf
• Escritor

Esta es la opinión del experto

El experto señala que nos movemos entre la influencia de los seres cercanos  –familiares, compatriotas, correligionarios– que, muchas veces, quieren apropiarse de la identidad, y la influencia de los contrarios o de personas lejanas, que tratan de excluirla.

Para calibrar lo que es verdaderamente innato entre los elementos de la identidad, el experto pone como ejemplo un juego mental: “imaginemos a un recién nacido al que se lo saca de su entorno nada más venir al mundo y se le sitúa en otro distinto; se comparan entonces las “identidades” que podría adquirir, los combates que tendría que librar y los que se ahorraría… ¿hace falta decir que no tendría recuerdo alguno de “su” lengua, y que lo podríamos ver después luchando encarnizadamente contra quienes deberían haber sido los suyos?”.

A su juicio, todo ser humano ha de optar personalmente entre unos caminos por los que se lo empuja a ir y a otros que le están vedados o sembrados de trampas. Según plantea, no “es él” desde el principio, no se limita a “tomar conciencia” de lo que es, sino que “lo que hace es lo que es”; es decir, que no se limita a “tomar conciencia” de su identidad, sino que la va adquiriendo paso a paso.

Plantea que el aprendizaje se inicia muy pronto ya en la primera infancia. Voluntariamente o no, los suyos lo modelan, lo conforman, le inculcan creencias de la familia, ritos, actitudes, convenciones, y la lengua materna, además de temores, aspiraciones, prejuicios, rencores, junto a sentimientos tanto de pertenencia como de no pertenencia.

Concluye diciendo, que en seguida también, en casa, en el colegio o en la calle de al lado, se producen las primeras heridas con el amor propio. Los demás hacen sentir, con sus palabras o sus miradas, que es pobre, o cojo, o bajo, o moreno de tez, o demasiado rubio, o circunciso o no circunciso, o huérfano…

Según destaca el experto son innumerables las diferencias, mínimas o mayores, que trazan los contornos de cada personalidad, que forjan los comportamientos que a menudo resultan eminentemente edificantes pero que a veces producen heridas que no se curan nunca.