En relación a la decisión ¿Creer que se nace con una identidad cultural definida? esta es una opinión de Caterine Galaz Valderrama

No
Imagen de Caterine Galaz Valderrama
0 votos

Esta es mi opinión de experto

Las personas si bien nacen con un determinado patrimonio genético, eso no significa que lo haga con un patrimonio cultural inamovible. Las identidades culturales se van creando dentro de los grupos humanos, en condiciones sociohistóricas precisas.

Así la identidad es una forma de definirse en relación a los demás, algo que no es inmutable, ni dado de una vez por todas». La conformación de la «identidad» conlleva procesos de individualización, pero a la vez, de identificación grupal y social. De esta manera, la identidad no es algo fijo con propiedades que pudieran trascender a los contextos culturales y temporales, sino que la entenderemos en relación directa con la sociedad, con la historia y con los diversos grupos en que la persona participa. No se puede desconocer que el «cuerpo» tiene una función importante en la relación que la persona mantiene consigo misma y con los demás.
 
La identidad de la persona se conforma en este cruce de significados que social y culturalmente se establecen como marco de acción pero que, a la vez, son variables y contingentes. La conformación de las identidades culturales obedece a un fenómeno dinámico, un proceso que intenta resolver los problemas de relación y de constitución del ser, cuyas formas de resolución son variadas según los individuos y los grupos humanos.
 
La conformación de esta identidad es un proceso de identificación simbólico, de selección y omisión, que va constituyendo imaginarios tanto de la persona misma como de los grupos de referencias y los «otros» considerados ajenos. Algunos autores plantean una suerte de «multiplicidad del yo», producto de las diversas comunicaciones y relaciones que mantiene.
 
Uno de ellos es Gergen, quien habla de la «multifrenia» al señalar la pluralidad de aspectos en los que la persona se ve inserta y su dificultad para establecer sólo una única autoimagen ante el resto de sus congéneres. Este autor plantea frente a la noción de personalidad íntegra e inmutable, la idea del «yo saturado» por las múltiples relaciones que mantiene con otros; una personalidad multifacética que es versátil y posible de cambio. En palabras simples, en eI yo habitarían muchos yoes.
 
En cada momento, la persona despliega rasgos que en otros momentos quedan inhibidos o relegados. De esta manera, las personas pueden ser por momentos responsables y, otras veces, lo contrario; a veces comprometidas y, a veces, indiferentes; ser simpáticos con unos y antipáticos con otros; egoístas o solidarios, dependiendo de los contextos y de las relaciones sociales que los sujetos mantienen. En cada relación, la persona define su «yo» de una manera diferente. Así, la autoimagen cultural no puede ser unificada y totaI, sino que se desarrolla parcial y momentáneamente de acuerdo a nuestras relaciones; dejando que el «yo» se convierta en algo variable.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×