En relación a la decisión ¿Aprender a controlar mis arrebatos de ira? esta es una opinión de María José Bosch

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Esta es mi opinión de experto

“La ira puede causar graves daños psíquicos y físicos. Cuando vivimos una situación de injusticia, es conveniente defendernos y expresar nuestros derechos. Pero de una forma sensata” no debemos dejarnos llevar por la ira.

“La ira constructiva, la que nos empuja a superarnos, se convierte en un elemento positivo que nos estimula en la determinación con que tratamos de superar los obstáculos con los que inevitablemente nos tropezamos en la vida. Las energías que están a nuestra disposición cuando estamos irritados pueden ser aprovechadas a nuestro favor. Bien canalizada puede ser el primer empujón hacia nuevas ideas, crecimiento, cambio y posibilidad de alcanzar nuevas metas, porque la ira nos aporta un poderoso plus de energía física y psíquica”.

Hay muchas maneras diferentes en las que se manifiesta la ira. Ignorar al otro es una de ellas, “en ocasiones, la más cruel”. “Los insultos, las amenazas, son las herramientas verbales, y la agresión, la herramienta física”.

“En la vida esperamos obtener lo que habíamos previsto, ser tratados con respeto, adquirir o conservar un bien, cumplir nuestras promesas, preservar nuestro tiempo y nuestro espacio y hete aquí que las cosas no suceden como preveíamos. Por desgracia, nuestra vida no está exenta de sucesos frustrantes”.

“La ira se encuentra estrechamente relacionada con nuestros fracasos, frustraciones y conflictos… Surge cuando nos sentimos atrapados o impotentes, al no encontrar una solución a nuestros problemas”. “Existe una clara relación entre el tipo de pensamientos que tiene la persona y la inmediata aparición de la ira”.

“Una de las creencias más peligrosas reside en el convencimiento que tiene la persona de que los otros y las circunstancias deben ser distintas a como son”. “Esta actitud supone ignorar que cada uno está en su pleno derecho de mostrarse como considere oportuno”. “Y en cuanto a cómo deben ser las circunstancias que nos rodean, sobra decir que, en la mayoría de las ocasiones estas no dependen exclusivamente de nosotros. Por tanto es normal que no se ajusten a nuestras exigencias”.

A pesar de que es recomendable aprender a controlar los arrebatos de ira, habría que matizar que lo que deberíamos hacer con ella, es canalizarla más que eliminarla ya que cuando controlamos la ira y no la expresamos de manera habitual, “la energía emocional retenida puede llegar a reflejarse en un funcionamiento anormal en el organismo. De hecho, a la larga provoca serios trastornos de salud”. “Si nos sentimos heridos es necesario hacer frente a la situación y de manera controlada expresar nuestra disconformidad. Esta ira saludable nos permite protegernos, pero para que pueda cumplir su función, es necesario que seamos plenamente conscientes de ella”. “En ocasiones la ira está tan intensamente reprimida que quienes la sienten ni siquiera son conscientes de ella”.

“Uno de los precios que pagamos, probablemente el más elevado de todos, es el daño que causa (la ira) en nuestras relaciones personales. La mayor parte de las veces nos enfadamos con las personas más cercanas, con las que más conocemos. El objetivo de la ira, muy frecuentemente, apunta a los cónyuges, los hijos, los padres, hermanos…Las relaciones que quedan más dañadas por nuestra ira suelen ser las mejores que tenemos, las que tienen mayor valor para nosotros”. “La capacidad de entender y canalizar la ira representa un importante aprendizaje que colaborará de manera muy visible en una mejor calidad de vida”.

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