En relación a la decisión ¿Hacer deporte si tengo una discapacidad? esta es una opinión de Francisco Lagardera Otero

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Esta es la opinión del experto

La Educación Física transformada en una pedagogía de las conductas motrices puede suponer un gran baluarte en la transformación de los humanos en una especie auténticamente cooperativa, creativa y solidaria. 

El papel positivo del deporte para la inserción social ha sido destacado muy recientemente en diferentes foros y comisiones de la Unión Europea que han reconocido las funciones sociales del deporte y han recomendado la potenciación de dichas funciones a través de programas específicos que promuevan las utilidades sociales de las prácticas deportivas en personas con cualquier tipo de discapacidad, ya sea física o psíquica.
Desde el punto de vista social, la práctica deportiva facilita las relaciones, canaliza la agresividad y la necesidad de confrontación, despierta la sensibilidad y la creatividad y contribuye al mejoramiento del clima social(1). Para Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos, los valores centrales del deporte están en el espíritu por el cual un atleta, como ser humano completo, actúa y tiene éxito, a pesar de los obstáculos aparentemente insuperables.
Las actividades deportivas que practiquen personas con discapacidad, han de realizarse con seguridad, buena formación, material adaptado y como una alternativa de ocio. La práctica de actividades al aire libre es esencial para la interacción social y el discapacitado tiene la oportunidad de perseguir objetivos comunes con sus compañeros no discapacitados(1).
Según Francisco Lagardera Otero, “(...)con una adecuada educación física podemos estimular y desarrollar aspectos dormidos de nuestra personalidad que pueden ser capaces de otorgarnos mucha felicidad: autoestima, seguridad, confort, relajación, equilibrio, estabilidad, confianza..., esta maravilla está en la base de todo ser humano, tan solo esperando la mano de un maestro que ayude a la persona a ser capaz de iluminarla.”(2)
“Nuestra vida está regida por las emociones, de modo que si deseamos vivir bien no tenemos otro remedio que tratar de conocer nuestras emociones, los efectos que estas producen en nuestro estado de ánimo y en nuestro actuar, para de este modo aprender a autorregularnos y aprovechar la energía que generan los impulsos emocionales en nuestro beneficio. Al fin y al cabo el impulso más fuerte de la vida es la supervivencia, por lo tanto la mejora constante de la calidad de vida.”(2)
(1) Fundación Deporte y Desafío.
(2) Entrevista realizada al Profesor Dr. Francisco Lagardera Otero, Catedrático del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC)- Universidad de Lleida, España. Marco Antonio Coelho Bortololeto, Facultad de Educación Física, UNICAMP, Capinas, Sao Paulo, Brasil. Publicado en la Revista da Faculdade de Educação Física da UNICAMP, Campinas, v. 9, n. 2, de Brasil.

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