En relación a la decisión ¿Hacerme cirugía estética por motivos médicos? esta es una opinión de José Lázaro

Sí

• José Lázaro
• Profesor de Humanidades Médicas, UAM. Escritor.

Esta es mi opinión de experto

 
La cirugía estética es un producto del desarrollo técnico avanzado en el siglo veinte. Hasta entonces las funciones de la cirugía eran dos: extirpar partes del cuerpo nocivas (como un tumor) o restaurar partes alteradas (como una fractura ósea). La cirugía plástica se puede encuadrar en esta segunda función restaurativa, pues se ocupa de dar forma normal a zonas del cuerpo que sufren una malformación o que han sido alteradas por un traumatismo o una herida. Pero la cirugía estética, en cambio, supone una función nueva: perfeccionar órganos anatómicos cambiando su forma al gusto del cliente. Es la medicina considerada como un medio técnico de perfeccionar el cuerpo humano, como una rama de la cosmética. Con este tipo de planteamientos se está pasando desde la curación de enfermedades a la satisfacción de múltiples deseos humanos.
 
La posibilidad de emplear recursos médicos para aumentar la talla de una persona, seleccionar a gusto de los padres el sexo de un embrión o devolver la potencia sexual a un anciano que la ha perdido permite hablar de una auténtica “medicina del deseo”. Ahora bien, el deseo humano está lleno de recovecos oscuros. En el caso que nos ocupa (la cirugía estética) es importante distinguir una demanda claramente razonable de otra de raíces neuróticas (la llamada “dismorfofobia” o “trastorno dismórfico corporal”) en la que el sujeto sufre por su convicción falsa de padecer un defecto físico que en realidad es inexistente. Este tipo de “complejos” no se pueden curar con operaciones quirúrgicas (pues siempre serían insatisfactorias para el paciente) ya que no corresponden, en el fondo, a una patología orgánica sino a una alteración mental. Su tratamiento adecuado no pasa por el bisturí sino por la psicoterapia.