En relación a la decisión ¿Leer Sex@amor. Las nuevas claves de los encuentros amorosos, de Jean Claude Kaufmann? esta es una opinión de José Lázaro

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Esta es mi opinión de experto

Aporta información y reflexiones sugerentes sobre un fenómeno hoy masivo (aunque no siempre se confiese): la búsqueda de relaciones eróticas a través de internet.

Hace unos años, cuando se empezó a hablar de páginas webs dedicadas a facilitar encuentros con fines amistosos, amorosos o directamente sexuales (las hay de los tres tipos, así como mixtas) se solía pensar que esas páginas eran un refugio de psicópatas y desesperados. Hoy es un hecho que en ellas están la mayoría de los solteros, separados y divorciados, junto con buena parte de los casados y emparejados. El crecimiento exponencial de ese tipo de páginas ha ido dando lugar a la correspondiente bibliografía, que crece al mismo ritmo. El libro de Zygmunt Bauman Amor líquido ha tenido mucha difusión, en parte por la celebridad de su autor, pero es particularmente interesante el titulado Love online. Emotions on the Internet, del especialista en el estudio de las emociones humanas y Rector de la Universidad de Haifa, Aarón Ben-Ze’ez.
 
La obra de Kaufmann que aquí se comenta viene a añadirse a esta creciente serie, buscando un público más general que académico. Kaufmann, sociólogo de profesión y profesor en la Sorbona, escribe con un lenguaje desenfadado y claro (no tiene ningún reparo en titular un capítulo “Si besas bien, es que follas bien”), reproduciendo múltiples pasajes tomados literalmente de blogs y chats. Dedica 200 páginas a ilustrar y comentar lo que suele ocurrir desde que dos desconocidos empiezan a chatear hasta que concluye su primera cita presencial. De hecho, el principal defecto de su libro es lo repetitivos que resultan los ejemplos que recoge y las observaciones que plantea: con menos extensión el libro hubiera quedado mejor. La prolijidad de las descripciones hace que se agradezcan, por ejemplo, las escasas páginas que dedica Kaufmann a analizar la forma en que el sexo se emancipó de los sentimientos: tras el auge del romanticismo se difundió la imagen de lo sentimental como algo casi ridículo e ingenuo, empezando por las críticas de Schopenhauer al amor y acabando por la revolución sexual inspirada por autores como Wilhelm Reich o Herbert Marcuse.
 
El problema que se fue agudizando a partir de ahí es que la multiplicación de relaciones efímeras que empieza siendo gratamente emancipatoria y suele acabar en laberintos de frustración y soledad: la búsqueda compulsiva del placer sin compromiso ni vinculación (que algunos llaman “malos rollos”) y la poligamia sincera dan lugar a la proliferación de depredadores sexuales (de ambos sexos, en mayor número hombres) cuyo drama existencial refleja cada vez más frecuentemente la literatura y el cine actual: la reciente (y espléndida) película “Shame” es un buen ejemplo. Pero también es cierto que hay más novedades y más frescura en los materiales recopilados directamente de internet que en las (escuetas) reflexiones histórico-sociológicas de Kaufmann.
 
Para muestra basta un botón sobre las “herramientas que permiten no solamente salvaguardar la memoria, sino también, para los campeones, producir estadísticas sofisticadas, hojas Excel, gráficos, quesitos de porcentajes, que ofrecen a todos un impresionante material de análisis aparentemente científico. Nick, por ejemplo, ha calculado que el 77,7% de sus encuentros (admirad la precisión) habían terminado en la cama el día de la primera cita, y que el 55,5% eran one shots (polvos de una sola noche), de los cuales 3 fueron «lamentables», 2 «tibios», 8 «calientes» y 2 «atómicos»” (p. 148). Ocurrencias como esta llevan a Kaufmann a sospechar que tras la revolución sexual se necesita una revolución sentimental, pero que en los ciberligues “un engranaje infernal empuja a los hombres a comportamientos aún más machistas y a las mujeres a responderles con el mismo nivel de agresividad” (p. 225).

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