En relación a la decisión ¿Promover el final de las monarquías? esta es una opinión de José Lázaro

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Esta es mi opinión de experto

Sí, desde el punto de vista ético y desde el lógico, la monarquía es indefendible. Pero en España, ahora, ese problema es irrelevante e inoportuno.

 
A medio y largo plazo las monarquías están condenadas a desaparecer, pues representan simbólicamente los aspectos más despreciables del mundo antiguo: la arbitrariedad de una familia que monopolizaba el Poder Absoluto por la Gracia de Dios, que lo transmitía (por lotería genética) de padres a hijos (al margen de que estos fuesen listos o tontos, generosos o depravados, justos o sectarios, sensatos o chiflados), que enviaba a miles de jóvenes a masacrarse “luchando por el Trono” contra la familia “de sangre azul” competidora, que aplicaba el principio de “Yo, Yo, Yo y si sobra algo para Mí”: todo un compendio de irracionalidad, despotismo, arbitrariedad y barbarie.
 
En la Europa actual las monarquías son un fenómeno folclórico, comparable a la tauromaquia, las danzas regionales o la falda escocesa, una modesta industria para entretenimiento de los turistas y las lectoras de revistas del corazón. No hay, en la práctica económico-política, diferencias relevantes entre monarquías como Inglaterra o España y repúblicas como Francia e Italia. Las monarquías europeas del siglo XXI son puramente decorativas (a diferencias de las tercermundistas, que siguen siendo feroces); como suele ocurrir en cuestiones estéticas, unos las consideran simpáticas de ver y a otros les parecen de mal gusto. No es fácil evaluar la monarquía instaurada en España por Franco y refrendada por la constitución de 1978. Sus aportaciones y sus costes son, en gran medida, opacos. Hay razones para suponer que el balance es muy positivo: la prueba está en que sus 35 años son, en conjunto, un período de paz, libertad, democracia y prosperidad que prácticamente no tiene antecedentes en la historia española, dominada por sucesivas variantes del autoritarismo.
 
Pero el balance de resultados es imposible de conocer con exactitud. Parece clara la aportación del rey Juan Carlos en defensa de la democracia el 23-F, a pesar de algunas oscuras sospechas sobre imprudencias previas que pudieron estimularlo. Nadie sabe cuántas inversiones le ha conseguido al país en sus reuniones privadas de cacerías y palacios, aunque no sería raro que fuesen muy superiores a los costes de la Casa Real. Pero la estabilidad que ha proporcionado a la mejor etapa de la historia española es bastante evidente. Como todos los fenómenos que dependen en gran medida del azar, las monarquías son impredecibles: unas salen bien y otras mal. Reconocer el acierto que ha tenido una es tan legítimo como denunciar la ausencia de fundamento que tienen todas.

Comentarios
Imagen de Franc Tangerino
Jueves, 10 de Abril de 2014 a las 20:29

Efectivamente la herencia de los puestos de padres a hijos no garantiza el correcto funcionamiento de las cosas, sean empresas familiares o instituciones, En estos momentos en España, parece que disponemos de un heredero con preparación suficiente y el hecho de que el jefe del Estado sea elegido puede pasar como en los políticos, que pase el cargo de padre a hijos por lo tanto casi pasa como en la monarquía. Por lo tanto la monarquía desaparecerá, pero quizás sea conveniente prepararse para ello y que los ciudadanos quieran asumir la responsabilidad de gobernar y controlar a los gobernantes que la una sin la otra no traerá buenos resultados.

Imagen de Théresè Medrano
Martes, 03 de Junio de 2014 a las 13:28

¿Por qué piensa que es irrelevante e inoportuno?

Imagen de Théresè Medrano
Martes, 03 de Junio de 2014 a las 13:41

En mi opinión, es muy relevante. En primer lugar, soy partidaria de un referéndum para que la ciudadanía vote libremente si quiere monarquía o república. De este modo, caso de salir monarquía, tendría la aceptación de los ciudadanos y se convertiría en un monarca verdaderamente democrático y no por herencia. En segundo lugar, lo considero muy oportuno el planteamiento ya que estamos en una situación de desgaste de las instituciones como nunca, debido a temas tan importantes como la corrupción. Hace falta que la gente vuelva a creer en sus gobernantes y para eso ¿qué mejor que unos representantes elegidos democráticamente y que, caso de no cumplir las expectativas, tener la opción de echarles en las siguientes elecciones?

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